domingo, 28 de diciembre de 2025

¿Por qué seguimos pidiendo bendiciones que ya nos fueron dadas? El error de orar por "nuestro" camino

 


Si revisamos nuestras oraciones diarias, o escuchamos las de la mayoría de las personas y/o congregaciones, notaremos un patrón repetitivo. Pasamos gran parte de nuestra vida cristiana pidiéndole a Dios que bendiga nuestros planes, que prospere nuestros negocios, que proteja nuestros viajes y que fructifique nuestras decisiones.

Nuestra oración suena casi siempre así: "Señor, este es el camino que he elegido; por favor, ven conmigo y bendícelo".

Pero, ¿Qué pasaría si te dijera que esa forma de orar es la razón por la que vemos tan poco poder real en la iglesia moderna? ¿Y si el secreto no es pedirle a Dios que bendiga nuestro camino, sino tener el discernimiento para caminar en el camino que Él ya bendijo?

El Mito de la "Bendición a Domicilio"

Existe una diferencia abismal entre la Religión y el Reino de Dios:

  •   La Religión intenta convencer a Dios de que baje a nuestra realidad y sirva a nuestros propósitos e intereses (muchas veces disfrazándolo de algo muy espiritual).

  •  El Reino nos exige morir a nuestra realidad para subir a la Suya y servir a Su propósito, y no al nuestro egoísta.

Muchos vivimos esperando que Dios envíe "paquetes de bendición" a donde nosotros estamos parados (a menudo en nuestra propia voluntad, caprichos y/o comodidad). Sin embargo, la Biblia nos presenta una legalidad espiritual muy diferente en Efesios 1:3:

 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo."


Fíjate en los detalles técnicos de este versículo:

  1.  El Tiempo: Dice "nos bendijo" (pasado). Dios no está fabricando nuevas bendiciones hoy; ya las emitió todas.
  2.  La Ubicación: Están "en los lugares celestiales".
  3.  La Condición: Están "En Cristo".

Esto significa que la bendición no es un premio que cae del cielo al azar o tanto pedir; la bendición es una ubicación. Es un territorio. Si tú estás fuera de ese territorio (fuera de la voluntad perfecta de Dios), puedes gritar, patalear y reclamar, pero no estás en la zona de cobertura de la bendición.

La Lección Olvidada de Pella (ejemplo)

La historia nos da un ejemplo brutal de esta verdad. En el año 70 d.C., cuando los ejércitos romanos rodearon Jerusalén, los judíos religiosos y cristianos tibios, se quedaron en la ciudad orando, ayunando y pidiendo a Dios que "bendijera y protegiera Su Templo y Su ciudad". Todos ellos perecieron, Jesús ya había profetizado su destrucción y quien no lo creyó y obedeció saliendo de ella, pereció.

Lucas 19:41-44 Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, (42) diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. (43) Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, (44) y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación. 

Vemos esto también en Mt24:1-2; Mr 13:1-2 y Lc 21:5-6.

Sin embargo, los discípulos de Jesús recordaron Sus palabras y huyeron a una pequeña ciudad gentil en el desierto llamada Pella.

  1.   Los que pidieron bendición para su camino (quedarse en Jerusalén), encontraron la muerte.
  2.  Los que caminaron en el camino trazado por el Maestro (huir al desierto), encontraron la vida.

La protección del Salmo 91 no estaba en el edificio sagrado, no estaba porque fuera la ciudad de Dios; estaba en la obediencia. Dios no protegió las paredes de Jerusalén; Dios protegió los pasos de los que obedecieron sus palabras.

Dejemos de pedir "Cosas" y empecemos a pedir "Vista"

Si revisamos las oraciones del apóstol Pablo, nunca lo vemos pidiendo "cosas" materiales y/o suerte para los hermanos. Él NO oraba: "Señor, dale un buen trabajo a Timoteo".

Pablo oraba para que recibieran "espíritu de sabiduría y de revelación" (Efesios 1:17) y para que fueran "llenos del conocimiento de Su voluntad" (Colosenses 1:9).

¿Por qué? Porque Pablo entendía el secreto: No necesitamos pedir la bendición, solo necesitamos la capacidad de ver dónde está el Camino y la fuerza para andar en él.

Si un creyente camina en obediencia, "En Cristo", no necesita perseguir las bendiciones; las bendiciones lo perseguirán a él (Deuteronomio 28:2), porque están incorporadas en el Camino.


Bendiciones de la obediencia

 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. (2) Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.  Deuteronomio 28:1-2 


Conclusión: El Camino de la Cruz

Es hora de madurar. Es hora de dejar de tratar a Dios como un asistente personal que debe validar nuestros proyectos personales y familiares.

El verdadero "Conocimiento de Cristo" nos lleva a la Cruz. La Cruz es el lugar donde renuncio a mi camino ("Señor, bendice mis planes") para abrazar Su Camino ("Señor, hágase tu voluntad en mi vida").

No gastes tu vida pidiendo a Dios que bendiga un camino que Él no trazó. Mejor, usa tu energía en orar por sabiduría, muere a tu propio "yo", y entra por la puerta estrecha de la obediencia. Allí, en ese camino angosto, descubrirás que el Padre ya había preparado de antemano todo lo que necesitabas, y camina en esas obra ya preparadas.

 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; (9) no por obras, para que nadie se gloríe. (10) Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:8-10

La bendición no se crea; se encuentra. Y siempre se encuentra en el mismo lugar: En la Obediencia en Cristo Jesús.

¿Estás pidiendo bendición para tus planes 

o estás alineándote al plan de Dios que ya está bendito?

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