Quien sólo obedece al cuerpo, termina siendo esclavo de su
cuerpo.
Quien sólo obedeces a su alma, termina siendo esclavo de sí
mismo.
Quien obedece al Espíritu, es porque es hijo de Dios.
En esta oportunidad, sólo te daré algunas referencias Bíblicas, para que tu saques tus propias conclusiones, de lo que expuse:
Y el Dios de paz os santifique completamente; para que vuestro espíritu, alma y cuerpo sea guardado
entero sin reprensión para la venida del Señor nuestro, Jesús, el Cristo.
(1Tesa 5:23)
¿O no sabéis que a quien os presentáis a vosotros mismos como siervos
para obedecerle, sois siervos de aquel a
quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para
justicia? (Rom 6:16)
Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. (Juan 8:34)
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. (Rom 8:14)
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. (2Co 3:17)
Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. (Juan 8:36)
Gracias a Dios, que aunque fuisteis siervos del pecado, habéis obedecido de corazón a la forma de doctrina a la cual sois entregados; y libertados del pecado, sois hechos siervos de la justicia. (Rom 6:17-18)