¡Baja de la cruz! Le decían
a Jesús sus enemigos; burlándose de él. Pudiendo él haberlo hecho, no lo hizo;
pues entendía el propósito perfecto de Dios en su obediencia; ahora a nosotros,
¿pueden nuestros enemigos decirnos lo mismo ¡Baja de esa cruz, y sálvate a ti mismo!...
si realmente somos hijos de Dios…?
Estimados lectores, amigos y hermanos, hoy les quiero compartir
el mensaje titulado: ¡Si eres Hijo de
Dios, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!; cita del evangelio de Mateo
27:40.
Este mensaje, os puede parecerles un poco loco o complicado; los animo a seguirlo o a tratar de seguirlo (disculpando mis
limitaciones), pues veo que es importante conocer cada día un poco más de la
cruz de Cristo, y nuestra relación con ella, como ella nos salva, liberta, nos
da sabiduría y poder de Dios; y si así es, es lógico que nuestros enemigos querrán bajarnos de ella (la cruz).
Es la cruz, hoy por hoy, uno de los temas menos predicados y
conocidos en el pueblo de Dios, y es precisamente en ella (la cruz), que se
manifiesta la sabiduría y el poder de Dios, sobretodo en nuestras vidas; es por
ello, que hoy les comparto este pequeño mensaje con mucha alegría y expectativas de que
podamos avanzar un poco más en este tremendo misterio, de lo cual hoy, sólo en
parte reconocemos; pero se con seguridad, que avanzaremos mucho más en su conocimiento. Los animo a seguir el mensaje, a pesar de que no les parezca muy fácil de digerir, pues a mi me costó más de quince años en entender en una pequeña parte la cruz de Cristo; y espero a ustedes les tarde mucho menos que eso y alcancen un mayor entendimiento de ella.
Les cito al apóstol Pablo, como nos invita a entender esto que parece locura para quienes perecen:
Porque la palabra de la cruz ciertamente es necedad para
los que se pierden, pero para nosotros los salvos, es poder de Dios.
(1 Corintios 1:18)
Cuando Jesucristo estaba crucificado, se burlaban de él, y
lo invitaban a bajarse de la cruz (ver Mateo 27:39-42); ciertamente, él lo
podría haber hecho, pero de haberlo hecho obedeciendo a sus enemigos,
inspirados en su padre el diablo, habría desobedecido a su Padre. Y todo el
plan de salvación del hombre y el mundo se hubiese perdido; él sabía que su posición era
en la cruz recibiendo el castigo al hombre (en ese momento), por todo el
pecado del mundo (los míos, los tuyos y de toda la humanidad);
cumplió su meta, y no se bajó de la cruz; y hoy tenemos los cielos
abiertos, la vida eterna y un camino vivo al Padre por medio de Él. ¡Gracias
Señor!, a ti sea toda la gloria y el poder, por los siglos de los siglos Amen.
Cito el texto al que me refiero, para tenerlo más fresco:
Y los que pasaban lo insultaban meneando la cabeza y
diciendo: ¡El que derriba el santuario y en tres días lo edifica! ¡Si eres Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y
baja de la cruz! De igual manera, los principales sacerdotes, burlándose
junto con los escribas y los ancianos, decían: A otros salvó, a sí mismo no se
puede salvar. ¡Rey de Israel es! ¡Baje
ahora de la cruz, y creeremos en él! (Mateo 27:39-42)
También lo podemos leer en el evangelio de Marcos:
Y los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza y
diciendo: ¡Eh! tú, que derribas el santuario, y en tres días lo edificas, sálvate a ti mismo, bajando de la cruz.
Así también los principales sacerdotes, escarneciéndolo, se decían unos a otros
con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. ¡El Mesías, el
Rey de Israel! ¡Baje ahora de la cruz,
para que veamos y creamos! También lo injuriaban los que habían sido
crucificados con Él. (Marcos
15:29-32)
Vemos en ambos casos, como se burlaban de él, invitándolo a bajar de la
cruz, sugiriéndole para que se salve a sí mismo; bajando de la cruz. Al Hijo de
Dios, al Rey de Israel, al que tiene poder de edificar el templo al tercer día,
al que a muchos salvó; sus enemigos se burlaban meneando la cabeza e
incitándolo a bajar de la cruz. Satanás sabía que si Jesús se bajaba de la
cruz, desobedecería al Padre, fracasaría su plan de salvación de la humanidad. Pues
Satanás sabe muy bien que desobedecer al Padre es pecado (del diablo procede el pecado). El sabe que en la ignorancia de
la verdad, es territorio fácil del engaño y él tiene dominio en esa oscuridad. Y sabe además, que él esclaviza al hombre, por el temor a la muerte; y es precisamente esa muerte, la que Jesús desafiaba colgado en el madero.
Vemos un ejemplo, como trató de hacerlo desobedecer al Padre por medio de Simón Pedro, sabiendo que si lo
conseguía, arruinaría el plan de salvación del hombre, la restauración de todas
las cosas y su propia condenación:
Desde entonces Jesús comenzó a declarar a sus discípulos
que debía ir a Jerusalem y padecer mucho de parte de los ancianos, de los
principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y ser resucitado al
tercer día. Pero Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirlo, diciendo: Señor, ten compasión de ti. De ningún modo
te suceda esto. Entonces Él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Apártate de mi vista,
Satanás! Me eres tropiezo, pues no piensas lo de Dios sino lo de los hombres.
(Mateo 16:21-23)
Vemos acá claramente que Satanás sabía que si Jesús no
obedecía al Padre al ir a la cruz, sería un tropiezo y el plan de salvación
quedaría destruido; y Dios no podría salvar al hombre.
Nota: Los que no lo sabían y no entendían eran los
gobernantes de este mundo (destinados a desaparecer, pues trataron de hacer
desaparecer al Eterno, y aún hay muchos en ese empeño de silenciar la verdad),
como lo vemos en la siguiente cita:
Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han
alcanzado madurez, pero una sabiduría no de este universo ni de los gobernantes
de este mundo, forzados a desaparecer; sino que hablamos sabiduría de Dios en
misterio, la cual ha sido escondida, la cual Dios predestinó antes de los
siglos para nuestra gloria, la cual ninguno de los gobernantes de este mundo conoció,
porque si la hubieran conocido, nunca
habrían crucificado al Señor de gloria. (1 Corintios 2:6-8) Creo que es importante esta nota, pues Satanás si bien pudiese no haber entendido a cabalidad el plan de salvación, si sabe que al sacar de la voluntad de Dios a una persona, es un triunfo para él, mayormente con el Hijo de Dios.
Hasta aquí, creo no he dicho nada nuevo; y lo que te quiero
decir, que hoy mismo y cada día, el enemigo te dice a ti y a mí (si hemos
muerto con Cristo, y somos hijos de Dios), si realmente eres un hijo de Dios “sálvate
a ti mismo y baja de esa cruz”.
Si exactamente, el enemigo
hoy nos dice lo mismo; ¡bájate de esa cruz, si realmente eres hijo de Dios y sálvate
a ti mismo!
Lo explicaré, lo mejor que pueda, espero la gracia del Señor
para hacerlo comprensible.
Hoy se ha perdido en general el mensaje de la cruz, y eso ha
debilitado a la iglesia, le ha restado
poder y sabiduría en el evangelio. Satanás sabe que cuando nos bajamos de la
cruz, entramos en su territorio, y en su territorio nos vence; pero cuando
permanecemos en la cruz (por fe), juntamente con Cristo crucificados, él no tiene poder
ni dominio sobre nosotros, y lo vencemos, pues estamos en una esfera
inalcanzable para él (más allá de la muerte, en la resurrección...).
Creo que casi todos los cristianos sabemos que Cristo murió
en la cruz, resucitó y su sangre nos limpia de todo pecado. Pero lo que no se
nos enseña muy a menudo, es que nosotros también fuimos crucificados juntamente
con él, es decir, nuestros viejos hombres (en Adam fuimos juntamente
crucificados con él). Y el saber eso, creerlo, entenderlo y vivirlo, nos da
poder y sabiduría de Dios en nuestras nuevas vidas en Cristo Jesús, para alcanzar
nuestro propósito en El.
Veamos algunas citas:
Porque si hemos llegado a ser injertados en la semejanza
de su muerte, también lo seremos en la de la resurrección; sabiendo esto: que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con
Él, a fin de que el cuerpo del pecado fuera desactivado para no servir más
al pecado. (Romanos 6:5-6)
Personalmente, he contado 14 veces en esta carta de Pablo a
los Romanos, como Pablo menciona que ya fuimos muertos con Cristo (a lo mejor,
tu lo puedes precisar aún más).
Otras citas del apóstol:
Porque yo, por medio de la ley, a la ley he muerto, a fin
de vivir para Dios. Con Cristo he sido
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y
se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2:19-20)
Pues los que son
de Cristo crucificaron la carne con las pasiones y deseos. Ahora que
vivimos por el Espíritu, andemos en el espíritu. (Gálatas 5:24-25)
Pero jamás me suceda gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesús, el Cristo, por medio de la cual
el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo.
(Gálatas 6:14)
Porque en Él vive corporalmente toda la plenitud de la
Naturaleza Divina, y estáis completos en Él, el cual es la cabeza de todo
principado y potestad; en quien también fuisteis circuncidados con una
circuncisión hecha sin mano, desvistiéndoos enteramente del cuerpo de la carne,
por medio de la circuncisión del Mesías; sepultados
juntamente con Él en el bautismo, en el cual también fuisteis resucitados
con Él, por medio de la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los
muertos. (Colosenses 2:9-12)
Por la gloria que tengo de vosotros en Jesús el Mesías,
Señor nuestro, cada día muero. (1 Corintios 15:31)
Leyendo las citas anteriores, tu puedes buscar mucha más en
las cartas de Pablo, que avalan nuestra condición de muertos juntamente con
Cristo, y como eso nos libra del pecado, del mundo y del enemigo (muerte); y da
cumplimiento a la justicia de Dios por la ley. Pues no sólo morimos con él,
sino que hemos resucitado juntamente con él:
… sepultados juntamente con Él en el bautismo, en el cual también fuisteis resucitados con
Él, por medio de la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los
muertos. (Colosenses 2:12)
Esa importante cruz, nos abre una puerta a una nueva dimensión espiritual
(por llamarlo de alguna manera), una puerta al cielo; es la entrada a Su reino
eterno, puerta que cruzamos acá en la tierra (pues el reino de los cielos ya
está acá en medio nuestro); esa es una puerta abierta hoy día, que sólo se
puede cruzar con la fe en la cruz, pues de otra manera, se nos hace algo no
deseable y una locura para la carne (lo humano).
Para la sabiduría del hombre es realmente una
locura y para el religioso es un tropiezo; pero para los que creen es poder y
sabiduría de Dios.
Porque los judíos (religiosos) piden señales,
y los griegos (mundanos) buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a
Cristo crucificado, para los judíos (religiosos) ciertamente tropezadero, y para los gentiles (mundanos), necedad; mas
para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios y
sabiduría de Dios. (1 Corintios 1:22-24)
Recordemos que nuestro Maestro ya no los enseñó, y está
escrito en sus evangelios, citemos uno de ellos:
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que
quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí,
la hallará. (Mateo 16:24-25)
Como sabemos Jesús pasó de muerte a vida, así mismo quienes
lo seguimos, hemos pasado de muerte a vida, y en nuestra nueva vida que tenemos
juntamente con él, debemos andar…
Si pues fuisteis resucitados juntamente con Cristo,
buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque ya habéis
muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo,
vuestra vida, sea manifestado, entonces también vosotros seréis manifestados
con Él en gloria. (Colosenses 3:1-4)
El enemigo nos dirá, tratando de bajarnos de la cruz “¡Si
eres Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!”
¿Cuál será nuestra respuesta?
¿Andaremos tras las cosas del mundo, tratando de
satisfacernos a nosotros mismos?
ó
¿Realmente perseguiremos el tremendo llamado a su Reino con
que Jesús nos alcanzó?
Es nuestra decisión de cada día, o lo seguimos a Él; o
seguimos nuestras vanas ilusiones…
La razón a mi me dice lo siguiente: Si Dios estuvo dispuesto a sacrificar a su propio Hijo por nosotros, y nos abrió la puerta a su reino a través de su cruz, ¿No será porque nos tiene cosas tan maravillosas que no alcanzamos a comprender con esta naturaleza terrenal? ¿O el Soberano y Todopoderoso de todo el Universo, no tiene algo mejor que ofrecernos que nuestros limitados sueños terrenales?
Yo no me bajo de la cruz, con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, más vive Cristo en mi.
¡No hay nada que me pueda ofrecer el enemigo que me haga tomar tal decisión , de abandonar a mi amado Señor Jesús, con su gracia!!!
Estimado hermano y amigo, en esa cruz desafiamos la muerte; ya la muerte no nos puede alcanzar y dominar tras la resurrección, pues con Cristo fuimos juntamente resucitados; y debemos buscar las cosas de arriba, donde está nuestra vida...
Si pues fuisteis resucitados juntamente con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque ya habéis muerto, y vuestra vida está escondida con el Mesías en Dios. (Colosenses 3:1-3)
El enemigo nos quiere bajar la vista, no lo permitas y obedezcas...
Un cariñoso abrazo y saludo; y ánimo que nuestra fe venció al mundo.
¡Shalom del Señor a todos los suyos!!!