Cito: Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. (Rev 22:13)
Yo soy dice, soy el alfa y la omega; el
principio y el fin, el primero y el último; cuando el Señor habla estas cosas,
nos enseña que hay un orden en ello; primero nos enseña que es el alfa y omega,
luego el principio y el fin, y luego el primero y el último.
El
alfa y omega:
Responde a la primera letra y última del alfabeto griego, no hay letra que no esté
entre ambas letras; el Señor es e incluye todo lo que Dios ha dicho, es la
Palabra de Dios completa, viva y creadora; él debe tener no sólo la última palabra en nuestra vida, sino también la primera palabra, así como el alfa y la
omega. El alfa y la omega, representan el poder creador de Dios; Yo
soy dice, que él es, el poder creador de Dios, el alfa y la omega, toda
la palabra del Creador, es decir, la palabra por la cual se crearon todas las cosas (buenas en gran manera). Alfa y omega, habla de poder y potencia del creador, Palabra con sabiduría, inteligencia y ciencia, de que fuera de él, nada de lo que
existe puede existir.
El
principio y el fin:
Responde al inicio y término de lo creado; acá nos enseña que el tiempo empieza
y termina en él; el orden cronológico empieza con el principio y termina en el
fin, él es inicio de ese tiempo; antes del principio no había nada creado; sólo
existía la Palabra en Dios, no había salido a luz; la Palabra era con Dios, no había
tiempo; pero mientras Dios no lo engendrará (no había sido dado a luz), no había
creación; sólo el Eterno, no había tiempo; ya que no habiendo nada creado, no había
tiempo, nada ocurría. El principio y el fin, nada creado antes que él, nada después
de él; el fin de todo, por siempre jamás. Luego del alfa y omega, es decir, que
se manifiesta esa palabra poderosa, empieza todo; es decir, el principio de
todo; y si esa palabra tuviese fin; legaría todo a su fin; pero sabemos que él
es eterno, por siempre jamás, amen. Los límites de la creación, están en él.
El
primero y el último:
Responde a la posición en la creación, el primero en importancia, cabeza de
todo principado y dominio, y se hizo último, por amor. El primero y el último,
responde a la naturaleza divina que es sobre todo, que se hace el último por
nosotros. Antes de poder hacerse el último, se manifestó como la palabra (alfa
y omega); luego como principio y fin de lo creado; para luego manifestarse como
el primero que se hizo el último, y que por mérito propio, fue exaltado hasta
lo sumo por Dios Padre, el primero nuevamente. Nosotros partimos como últimos (creyéndonos
ser el centro del universo, en nosotros mismos), y por su mérito y gracia,
somos llamados haciéndonos los últimos (cómo lo somos), llegar a ser primeros
en él eternamente. Nosotros podemos decir que seríamos los últimos y primeros;
pero él, el primero y el último; nuestro camino, haciéndonos los últimos
llegamos a ser primeros, sirviendo por amor. Nos enseña, como él practicó, el que
quiera ser primero, hágase el último.
Las tres descripciones anteriores, nos
hablan de tres aspectos o dimensiones de nuestro Señor y Salvador; Primero, la
potencia, energía, sabiduría, inteligencia, ciencia y el mensaje de la Palabra viva y eficaz,
que por ella fue creado todo bueno, en gran manera. Segundo, que es principio y
fin de todo lo creado, es decir de toda la creación; nada de lo que ha sido
hecho, lo ha sido hecho aparte él. Y tercero, como ese SER eterno, se hace el
último en su creación, y por mérito propio, toma nuevamente el primer lugar,
porque es de toda justicia que así lo haga, para él sea la honra, gloria y el
poder. Amén.