Hoy quiero compartirles el siguiente mensaje ¿Cómo conocer la sana doctrina?, es una
pregunta muy importante e interesante de responder, pues viendo tal diversidad
de enseñanzas que hay en el pueblo cristiano hoy en día, produciendo tal
confusión, dado que muchas enseñanzas llegan a ser contradictorias unas de
otras, que muchos cristianos están muy confundidos respecto a cuál serán la
verdaderas enseñanzas del Señor Jesús, y cuales son sólo doctrinas de hombres
sin la inspiración divina y/o del enemigo de Dios.
Claramente, el presente mensaje
no pretende ser la última palabra para
un tema tan importante y complejo, pero si un pequeño aporte al cuerpo de Cristo;
para la ayuda de quienes puedan requerirlo.
Pero antes de comenzar, quiero
recordar una pequeña definición de lo que la Biblia entiende por doctrina: Esta
palabra viene del griego didaskalía (διδασκαλία)
que viene de la palabra instrucción y
que significa básicamente: enseñanza, enseñar, aprendizaje, doctrina.
Entonces la pregunta podemos
decirla de la siguiente manera ¿Cómo conocer las buenas enseñanzas de Dios y no
ser confundidos?; me parece que es una pregunta crucial para estos tiempos, en
los que vemos próximo el regreso de nuestro Señor, y no queremos estar errados,
ni confundidos, ni perder el tiempo con enseñanzas engañosas; sino que con la claridad
del día, ver todas las cosas.
Como es mi costumbre, usaré Las
Sagradas Escrituras (La Biblia) para hacer el desarrollo del mensaje lo más ordenado
y claro posible; como el apóstol Pablo nos enseño, que es un medio apropiado de
instrucción.
Toda La Escritura es dada por inspiración
de Dios, y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir
en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16-17)
Vamos ahora a las siguientes palabras
de nuestro Señor Jesucristo, que van a ser la columna vertebral del mensaje:
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra,
dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste esto de los sabios y de los
entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
(Mateo 11:25-26)
Podemos ver muchas cosas en el
texto anterior, la primera es que el Padre tiene el PODER de revelar u ocultar a
quien él quiere las cosas, porque así le agrada, dependiendo de la actitud de
cada hombre. Eso es PODER de Dios aplicado en forma muy real y concreta, no
depende exclusivamente del hombre, sino del poder de Dios; que se desatará
dependiendo de la actitud del hombre para con El y los demás. ¿Cómo es esto? De
la siguiente manera, cuando los hombres son sabios y entendidos, Dios les
oculta las cosas; y cuando son como niños se las revela. ¡Eso es poder de Dios
aplicado en forma muy real y concreta hasta hoy en día! Y este principio es
ignorado, hasta hoy en día, por muchos sabios y entendidos, pues llegan a cosas
erradas después de muchos estudios…
Veamos claramente lo anterior, ¿Qué
es un sabio y entendido?, es la persona que en los tiempos de Jesús estaba
representada por los fariseos, escribas y doctores de la ley; eran personas
instruidas que conocían la Biblia, pero les faltaba algo importantísimo, para
que las cosas les sean reveladas por el Padre, esto es HUMILDAD. Hoy es lo mismo, sin humildad, el
Padre nos oculta las cosas; no importa cuánto estudiemos la Biblia, ni a
cuantos seminarios vayamos, ni si podemos recitar la Biblia de memoria; nos
faltaría el ingrediente importante para que el Padre con su poder nos las
enseñe, la humildad de un niño.
¿Es la humildad el atributo que
Jesús destaca de un niño, para instruirnos? Podemos ver en el siguiente versículo,
que es la humildad la característica que Jesús nos da a entender que deben
tener las personas, que deben hacerse como
niños ante él, para aprender:
Y llamando a un niño, lo puso en medio de
ellos, y dijo: De cierto os digo: Si no fuerais transformados y llegarais a ser
como niños, de ningún modo entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, cualquiera que se humilla como este niño,
éste es el mayor en el reino de los cielos; (Mateo 18:2-4)
Sin humildad, es imposible entrar
al reino de los cielos, ¿Por qué? ¡Porque no veras nada, hasta que sea demasiado
tarde!!!
Ahora podemos ver que el poder de
Dios nos puede ocultar algo o nos puede revelar algo; y en el caso del verso
citado ¿a que se referirá?, ¿Qué es lo que el Padre en su PODER oculta o
revela?
Se refiere a la Palabra de Dios,
lo que Dios nos revela o nos oculta es su Palabra; pues es lo que estos sabios
y entendidos (que pueden recitar la Biblia) no ven, porque han sido cegados por
su orgullo.
Cito nuevamente, para no
perdernos el versículo que estamos viendo y su contexto:
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra,
dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste esto de los sabios y de los
entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
(Mateo 11:25-26)
¿Qué es eso que es escondido a
los sabios y entendidos, y revelado a los niños?
Si leemos todo lo que antecede a
este versículo, es decir, desde el comienzo del capítulo 11 de Mateo hasta
antes del versículo 25, notaremos que lo que estos hombres no vieron porque les
fue ocultado por el Padre, fue a Jesús de Nazaret, y quien realmente era El. Vemos
por ejemplo (Mateo 11:2-3), como incluso Juan el Bautista llega a dudar de
quien era realmente Jesús, y que en algún momento podría haber llegado a ser un
tropiezo incluso para Juan el Bautista, quien era un verdadero profeta de Dios.
Lo anterior, nos debe dejar en una
posición de mucho más humildad para que no nos confiemos en nosotros mismos,
sino esperar con humildad en el poder de Dios, que lo revela a los humildes.
Luego vemos desde Mateo 11:20 al
24, como Jesús hizo muchos milagros en Corazín, Betsaida y Cafarnaum, y estas ciudades no lo reconocieron, pues no
se arrepintieron.
De lo anterior, podemos ver, como
Jesús nos da a entender que las cosas que no ven los sabios y entendidos es a Él
y su obra, es decir, no ven ni entienden la Palabra de Dios que ha sido
encarnada. Incluso, puede llegar a ser una piedra de tropiezo para muchos, si
no se humillan.
El apóstol Pedro nos lo explica
claramente, como El es la piedra de tropiezo, es decir, la Palabra:
Para vosotros pues que creéis, Él es
precioso; mas para los incrédulos: La piedra que desecharon los edificadores,
Ésta vino a ser piedra angular; y: Piedra
de tropiezo, y roca de escándalo. Porque tropiezan en la Palabra, siendo
desobedientes, para lo cual fueron también destinados. (1 Pedro
2:7-8)
Juan nos lo dice también, muy
claramente:
En el principio ya era la Palabra, y aquel
que es la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios. (Juan 1:1)
Dios el Padre tiene PODER de
ocultar o revelar su Palabra a su agrado, dependiendo de la actitud que
tengamos nosotros, si es de orgullo o humildad; eso es PODER de Dios en su
soberanía de las leyes espirituales por El establecidas.
Ahora, vamos directamente a la
pregunta que debemos resolver en este mensaje:
¿Cómo conocer la sana
doctrina?
Veamos ahora lo que nuestro
Maestro Jesús de Nazaret nos enseñó, cuando llegaron los saduceos con
enseñanzas erradas, como Él les aconsejó que se necesitaban dos ingredientes claves
para no errar, es decir, para conocer la sana doctrina.
Entonces, respondiendo Jesús, les dijo:
Estáis errando, al ignorar las
Escrituras y el poder de Dios. (Mateo 22:29)
Notemos que hay dos ingredientes
necesarios para no errar, es decir, conocer la sana enseñanaza de Dios; el
primero es conocer las Sagradas Escrituras (La Biblia); y el segundo, el Poder
de Dios.
Nota que Jesús no les dijo que
ignoraban la Palabra de Dios, sino que les dijo que ignoraban las Escrituras;
es importante notar esta diferencia; porque un sabio y entendido puede conocer
las Escrituras muy bien, pero no así conocer la Palabra de Dios; y así errar.
¿Cómo es esto?
Dios en su PODER nos puede hacer
ver en las Escrituras su Palabra u ocultarla, dependiendo de nuestra actitud de
corazón; si es en humildad o en orgullo.
Para no errar no sólo basta con
conocer las Escrituras, sino también es necesario, conocer el Poder de Dios;
sin AMBOS vamos a ERRAR.
Los saduceos, erraban por ambos
ingredientes; pues ellos a diferencia de los Fariseos no estudiaban la Biblia,
y menos conocían el Poder de Dios; por lo menos los fariseos estudiaban la Biblia,
pero les faltaba el Poder de Dios en ellos, por su falta de humildad; lo cual
los hacía ciegos.
Para entender lo anterior,
debemos diferenciar lo que es las Escrituras (La Biblia) de la Palabra de Dios;
cosa que muchas veces hoy en día no se diferencian, y por ello, hay mucho error
circulando; pues muchos hombres enseñan La Biblia, creyendo que están enseñando
la Palabra de Dios, y es claro que para
poder ver la Palabra de Dios, es necesario el Poder de Dios en nosotros, según
sea nuestra actitud de humildad.
Nota: En el siguiente enlace
puedes ver la diferencia entre La Biblia y La Palabra de Dios, es importante
entenderlo. http://www.conociendoacristo.com/2011/01/no-confundas-la-palabra-de-dios-con-la.html
Entonces, podemos concluir que
sólo conociendo las Escrituras (La Biblia), no es suficiente para no errar; también
es necesario conocer el Poder de Dios, es decir, que Dios no revele las
Escrituras para que podamos ver la Palabra de Dios en ellas y eso dependerá de
nuestra actitud de corazón.
Es lo que a los Judíos le ha
pasado, que teniendo las Escrituras, no ven al día de hoy como pueblo; como el apóstol
Pablo nos lo declara.
Pero sus mentes fueron cegadas (judíos);
porque hasta el día de hoy cuando leen el antiguo testamento, permanece sin ser
quitado el mismo velo, el cual Cristo abolió. Y aun hasta el día de hoy, cuando
Moisés es leído, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. (2
Corintios 3:14-15)
Hoy hay una doctrina muy
difundida y es errada; en la cual se contradice lo que Jesús nos enseñó; esa
doctrina nos dice que para conocer la doctrina correcta sólo son necesarias las
Sagradas Escrituras (La Biblia), desconociendo el Poder de Dios; yo se que la
conoces, es la Sola scriptura, veámosla con más detención:
"Sola scriptura enseña que solo la Biblia es la palabra de Dios autoritativa
e inspirada, por consiguiente, la única fuente de autoridad, y que es accesible
para todos, es decir, que es capaz de ser entendida con claridad, y se puede autointerpretar
por medio de ella misma".
No quiero negar el gran avance
que significó la reforma protestante, y el gran avance que fue descubrir y
hacer accesible La Biblia a todos, eso fue muy maravilloso e importante; y fue muy atacado este paso por el enemigo de
Dios, pues él quiere destruir las Sagradas Escrituras; pero, el enemigo
sabiendo que ya no podía ocultar las Escrituras, con su astucia, le quitó un
ingrediente importantísimo para entenderlas correctamente y ver la Palabra de
Dios en ellas, quitó la enseñanza de la necesidad del Poder de Dios que obra en
la humildad de quien se acerca a ellas por fe.
Con lo anterior el diablo tiene
hoy a muchos cristianos enfrentados con diversas doctrinas contradictorias, y
todos pensando que ellos conocen realmente la Palabra de Dios (cosa que no es
así, pues sin revelación sólo ven la letra); Pero eso no es así, pues la
Palabra de Dios no tiene contradicción. ¿El problema? No esperar el Poder de
Dios en su revelación, y obrar en el orgullo humano, y no como niños como es el
consejo del Señor.
Como cité al Apóstol Pablo con
anterioridad; el mismo apóstol le llama Escritura y no Palabra de Dios, al
libro que hoy conocemos como La Biblia; y no por ello le quita importancia;
sino que él también entiende la diferencia.
Toda La Escritura es dada por inspiración
de Dios, y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir
en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16-17)
Nota que el apóstol no dice “Toda
la Palabra de Dios es dada por inspiración de Dios”; sino que dice “Toda la Escritura
(La Biblia) es dada por inspiración de Dios”; ¿Notas la diferencia? La diferencia
es que la Escritura necesita del Espíritu que la inspiró para revelar la
Palabra de Dios, vemos lo en la siguiente ecuación:
Escritura + revelación del Espíritu
de Dios = Palabra de Dios.
La doctrina de SOLA SCRIPTURA,
pasa por alto el poder del Espíritu Santo como ingrediente principal para comprender la Palabra de Dios, como lo puedes ver en mi
siguiente comentario:
Pongo mis comentarios, a esta doctrina errada,
en rojo:
Sola scriptura enseña que sólo la
Biblia es la palabra de Dios (en la Biblia podemos ver la Palabra de Dios sólo con fe y en
humildad, pues de otra forma Dios en su Poder nos oculta su Palabra y nos llega
a ser piedra de tropiezo) autoritativa e inspirada (esto es verdad), por
consiguiente, la única fuente de autoridad (si tiene autoridad, por no es la única fuente, pues
dejaríamos fuera al Espíritu Santo, que nos fue dejado para llevarnos a toda
verdad), y que es accesible para todos (muy bien que así sea), es decir, que es
capaz de ser entendida con claridad (no es tan cierto, pues negaríamos el Poder de Dios de revelarla
u ocultarla), y se puede auto-interpretar por medio de ella misma (ella misma no tiene
contradicciones, y la suma de todo es algo armónico, pero es necesario el Poder
de Dios, por medio de su Santo Espíritu dado a los creyentes, para
interpretarla correctamente).
Como puedes ver, mi amigo lector,
si bien fue un inmenso avance el descubrir y masificar La Biblia; es un error,
quedarnos con la mitad de los ingredientes para no errar, y conocer la sana
doctrina; también necesitamos el Poder de Dios en nosotros, por medio de su Santo
Espíritu!!! No nos podemos conformar a sólo la Escritura, sino que debemos
avanzar por la solución completa, la Escritura y el Poder de Dios; a los
humildes que con fe se le acercan.
Podemos citar un ejemplo muy gráfico, como un hombre que conocía muy bien las Escrituras, perseguía
sinceramente la Palabra de Dios; ¿Y por qué lo hizo? Lo hizo porque realmente él
era ignorante de la Palabra de Dios, pero si un conocedor del la Escritura. El
ejemplo anterior, es el del Apóstol Pablo (Saulo de Tarso) antes de su
conversión; y él mismo declaro que su ignorancia era el motivo de su
persecución del Señor, veámoslo en el siguiente texto:
… habiendo sido antes blasfemo y
perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia, porque lo hice con ignorancia en incredulidad.
(1 Timoteo 1:13)
Saulo de Tarso era ciego
espiritualmente, y fue el Poder de Dios que le quitó las escamas de los ojos;
hoy es lo mismo, sin el poder de Dios, nada vemos.
Y luego le cayeron de los ojos como
escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.
(Hechos 9:18)
Con este mensaje los invito a que
busquemos con fe y humildad de corazón, la Palabra de Dios en las Sagradas
Escrituras; esperando en el Espíritu Santo y su poder, que es la forma que el
Señor nos enseña para no errar.
¡Te alabamos, Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque escondes esto de los sabios y de los entendidos, y
lo revelas a los niños. Sí, Padre, porque así te agrada!!!.
Amén.