viernes, 12 de junio de 2009

¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais?


¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Gal 4:15 les dijo el apóstol Pablo a las iglesias de Galacia; iglesias que Pablo había establecido en uno de sus viajes a causa de una enfermedad en su cuerpo. Les había predicado el evangelio de Dios y muchos habían creído, lo habían recibido con gozo y alegría; pero al tiempo Pablo les escribe una carta muy preocupado, como han dejado el camino de la fe, por someterse a la ley judía; es que habían llegado algunos falsos hermanos, profetas o apóstoles (los de la circuncisión, judíos que agregaban la ley a las iglesias), que los habían engañado y les mezclaban la gracia de Dios por medio del Espíritu, por un evangelio diferente y extraño (hoy extendido por muchos lugares de este planeta), un evangelio que mezcla y confunde las cosas, un evangelio sustentado en la capacidad humana y sus obras para llegar a Dios, desechando o menospreciando el Camino establecido por Dios mismo para que el hombre lo alcance, que es por la fe en su Hijo. Es increíble, estos hermanos habían conocido la gracia, habían gustado de la salvación, habían recibido el Espíritu Santo por medio de la fe en Jesucristo. Pero una nueva doctrina introducida por el enemigo, los había hecho deslizar de la Verdad, y estaban cayendo en el error.

Hay una pregunta clave que les realiza Pablo a los hermanos de Galacia, para que se prueben a sí mismos si aún permanecen en la verdad del evangelio, y dicha pregunta es:

¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais?

La respuesta es que cuando nos apartamos del Camino, que es Cristo mismo; no experimentamos ninguna satisfacción, nos empezamos a secar y ya no fluye el gozo en nosotros. No hay bienaventuranza, a pesar de que exteriormente se nos pueden ver asistiendo muy regularmente a una congregación, nos pueden ver cantando lindas alabanzas, nos pueden ver teniendo cargos “importantes” en una iglesia, nos pueden ver “haciendo la obra de Dios”, incluso podemos predicar hermosas palabras (pero sin vida). Pero en resumen, es vanidad de vanidades, estamos descomunicados de la Cabeza, y lo primero que experimentamos es que se pierde la satisfacción de ser hijos de Dios, se pierde la bienaventuranza de la salvación, se pierde el gloriarnos en nuestra esperanza, se pierde la SATISFACCIÓN la BIENAVENTURANZA.

A ti que lees, yo te invito a probarte a ti mismo si estás en el Camino, o si por algún motivo te has desviado, ¿has mantenido esa satisfacción que experimentabais al principio?; si la satisfacción que experimentaste en el Señor cuando lo conociste, aún permanece o sigue creciendo; estás en el Camino; si por alguna razón esa satisfacción en los profundo de tu ser sólo pertenece a un recuerdo; ¡alerta!, en algún punto te has desviado de la Verdad, ya sea por algún evangelio extraño que has creído, por algún pecado que no has reconocido delante del Señor o simplemente por que has preferido creer en tus caminos, antes en lo que Dios te ha puesto por delante. Has preferido una estructura religiosa que supla tu caminar en y por fe, a la cual puedas acudir y no tener que tomar por fe las decisiones que Dios te pone por delante.

Hermanos, todos cosecharemos lo que sembramos, no hay forma alguna de engañar a Dios; si has perdido en alguna manera la satisfacción de el principio, eso nos indica que las cosas no marchan bien, y lo mejor es no hacernos los lesos; sino reconocer el problema ante Dios, y volcar completamente nuestros corazones ante El; que El está atento y presto a acudir.

La iglesia de Galacia, si tu la mirabas por la apariencias, no verias ningún problema, no se veían grandes pecados como en la iglesia de Corintios; pero había una grave cáncer que estaba matando la vida dentro de los hermanos, estaban cambiado la gracia que es por medio de la fe en nuestros Señor Jesucristo; por el camino de la ley, y no cualquier ley, sino la ley establecida por medio de Moisés en le Sinaí. Mira como algo que a los ojos humanos y morales del hombre no parece ningún problema, es un error tan grave y peligroso que Pablo llega a llamar a quienes predican dicho evangelio sean anatema, es decir, malditos; incluso si él mismo lo llegara a predicar.

Si tu vieras esa iglesia, es una iglesia ordenada, pero que poco a poco, van reemplazando la fe por la obras, la gracia ya no cuenta y es sólo el esfuerzo humano el motor de ella, van perdiendo poco a poco la vida, la luz y el amor. Ya no se oye la voz del Señor en ella. Se van cansando en mantener su conducta moral o cristiana, y va creciendo la hipocresía dentro de los hermanos, empiezan a vivir COMO CRISTIANOS y no es la vida de Cristo en ellos que hace la obra (por el poder del Espíritu, que es por la fe); y la vida que un día existió cada día es más débil; no se ve poder de Dios y las maravillas de Dios son cosas del pasado. Es una iglesia muy parecida a muchas de nuestros tiempos, que dicen que viven, pero en realidad están muertas.

Hermanos, nunca pienses que en este Camino se pierde la satisfacción del principio; si así fuera y en algún modo ha sido tu experiencia, es una luz de alerta que no debemos obviar; hay algo que debemos retomar y permanecer en El. Pablo, para que se prueben si en verdad, aún permanecen en la verdad, les pregunta si aún tienen esa satisfacción que experimentaban. Es una pregunta que uno debe responder ante el Señor en su conciencia, es un modo de alerta para no alejarnos de la verdad y la gracia. Es por decirlo de alguna manera, nuestro GPS de la fe. Los hermanos de Galacia, en sus corazones tuvieron que responder sinceramente que si habían perdido esa satisfacción, y a partir de esta carta de amonestación, volver atrás, al punto donde habían abandonado el Camino, nuestro Señor. Es tremendo entender que cuando Dios por medio de los hermanos nos da alertas, no es para castigarnos; sino para que corrijamos el rumbo, por el amor que él nos tiene. Ya que El nos quiere perfectos, como El es perfecto; y eso lo logramos en la gracia y la verdad; y no por medio de las obras de la ley.

Es tremendo ver, que los falsos hermanos que estaban desviando a las iglesias en Galacia, no predicaban ninguna ley que estuviera fuera de la recibida en Sinaí por Moisés, es decir, por la ley que está escrita en la misma Biblia; ¡cuanto más perdidos están hoy los que predican leyes inventadas por los hombres y sus tradiciones! Pablo no discute el error de las leyes predicadas por estos hermanos extraños, sino que claramente establece que este no es el Camino, y por esta senda sólo encontraremos condenación y muerte. Ya que el que no cumpla todas las leyes y siempre, se hace merecedor de condenación.

Si en alguna manera, has perdido la satisfacción o esta es menor que al principio; ¿cómo lo solucionamos?

Pablo nos da la respuesta, de la misma manera en que recibimos el Espíritu Santo, debemos andar en El.

¿Y cómo es?

¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? (2) Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? (3) ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? (4) ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. (5) Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? Gal 3:1-5

RECIBIMOS EL ESPIRITU POR OIR CON FE, NO POR CUMPLIR LA LEY; Y ES POR ESO MISMO QUE DEBEMOS ANDAR OYENDO CON FE, Y NO POR LAS OBRAS DE LA LEY.

De modo que es en el oír con fe la voz del Señor, que se produce nuestro regreso al Camino, si por alguna razón nos hemos desviado.

¿Y si no obedecemos lo que oímos, en realidad creemos?

Cuando no obedecemos a su voz, es porque pensamos tener una mejor alternativa que la que nos ofrece el Señor, y así no le creemos.
Señor tú nos has hablado hace tanto tiempo, y aún lo haces en nuestros corazones por medio de tu Santo Espíritu, perdónanos en nuestras incredulidades y sorderas, y establece con fuerzas la verdad y la gracia en tu iglesia. Gracias y Amén.

Que no haya ninguno perdiendo su tiempo, en los engaños de este mundo; creamosle a Dios; que quien en El espera no será avergonzado. Que la paz y gracia de nuestro Padre y su Hijo sea con cada uno de ustedes. amen.

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