Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; Mas el
hombre entendido lo alcanzará. Pro 20:5
Les comparto el
siguiente proverbio; que me parece muy interesante; ya que está escrito (como
sabemos), en el Antiguo Testamento, y hace referencia al Nuevo Pacto (contenido
en el Nuevo Testamento). En esto vemos el origen Divino de la Biblia, como
estas cosas están escritas hace miles de años, y cientos de años antes de su
cumplimiento en el Nuevo Pacto, en nosotros.
Recordemos antes lo
siguiente, que un proverbio es una parábola (proverbio = parábola); y es la
forma en que el Señor nos habla, para que los que están dentro, entiendan, y
los que están fuera no entiendan; sólo por parábolas se les habla.
Y les dijo: A vosotros es dado saber el misterio
del Reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; Mar 4:11
Vamos al tema:
“Agua profunda es el consejo (en hebreo עֵצָה etsá) en el corazón del hombre, El hombre entendido (inteligente, en hebreo תָּבוּן tabún) logrará sacarlo”. Pro 20:5
El Espíritu Santo
es, como sabemos, un pozo de agua viva profundo en el corazón del hombre (hombre que lo ha recibido, claramente); y en
su profundidad se encuentra el consejo de Dios, como un tesoro. Esto hasta aquí
podemos entender.
La pregunta
relevante es: ¿Cómo sacar el consejo de esa profundidad (profundidad del
Espíritu, profundidad del agua), para conocerlo y aplicarlo? Es una pregunta
muy importante de responder, dado lo valioso del verdadero consejo de Dios para
nosotros (es un verdadero tesoro escondido). ¿Cómo lo sacamos a flote?
La respuesta la veo
en el siguiente proverbio, leamos:
“Porque el Señor da la sabiduría, De su boca procede la ciencia y la inteligencia (entendimiento, en hebreo תָּבוּן tabún)”. Pro 2:6
Nota: En ambos proverbios, la palabra para
inteligencia y entendido, es la misma en hebreo תָּבוּן tabún); por lo que podemos hacer un
paralelo entre ambos proverbios.
Entonces, ahora entendemos
que el hombre entendido e inteligente (hebreo תָּבוּן tabún) podrá sacar el consejo de Dios de
lo profundo de su corazón (no cualquiera).
De modo que, la
pregunta relevante, se nos transforma en la siguiente pregunta:
¿De dónde o cómo podemos sacar la
inteligencia y entendimiento necesarios para sumergirnos en las aguas profundas
del Espíritu y sacar el tesoro del consejo de Dios?
“Porque el Señor da la sabiduría, De su boca procede la ciencia y la inteligencia”. Pro 2:6
DE SU BOCA, ES DECIR, DE SU PALABRA, pues
sabemos que de su boca viene su Palabra.
Su PALABRA nos da
la inteligencia (entendimiento hebreo
תָּבוּן tabún) de poder alcanzar su consejo, en lo profundo del
Espíritu (que son como las aguas en nuestro corazón).
El consejo está en
lo profundo del Espíritu; pero sólo los que reciben de su boca inteligencia (entendimiento),
por medio de su Palabra, pueden alcanzarlo.
No lo digo yo, lo
dice la Biblia, es decir, el Espíritu que la inspiró.
Hasta aquí
entendemos como la palabra obra en conjunto con el Espíritu Santo en el hombre,
para darnos el mayor tesoro del consejo verdadero y profundo del Dios Vivo; en el hombre que ha nacido de
nuevo; es decir, ha recibido el Espíritu Santo.
Sigamos un poco más
el tema:
Los pensamientos con el consejo (en hebreo עֵצָה etsá) se ordenan; Y con dirección sabia se hace la
guerra. Pro 20:18
Ahora, este consejo (en hebreo עֵצָה etsá) que sacamos de lo profundo de las
aguas (profundidades del Espíritu); el versículo anterior nos enseña, que
ordena nuestra mente y nos guía para la victoria en la batalla!!!
Resumiendo, podemos
decir, que quien ha nacido de nuevo; y por lo tanto, tiene el Espíritu Santo de
la promesa; conociendo la Palabra de Dios, puede rescatar de lo profundo de su espíritu
(que está unido al Espíritu Santo de Dios), el consejo de Dios; este consejo
nos ordena los pensamientos y nos da la estrategia para las victorias en nuestras
batallas espirituales.
Ahora vemos, como
el mismo Espíritu nos enseña estas cosas, como es importante conocer la Palabra
de Dios, que nos da entendimiento (inteligencia); de poder tomar el consejo de
Dios escondido en la profundidad de nuestro corazón, en el Espíritu; y con ello
tendremos claridad mental para las victorias necesarias ante el mal; en Cristo.
Lo anterior, refuta
un error difundido de creer que una vez recibido el Espíritu Santo por el
creyente, ya no es necesario conocer la Palabra de Dios, contenida en los
textos sagrados (La Biblia). Al contrario, nos enseña, que conocer La Palabra,
nos da las herramientas necesarias para tomar el consejo de Dios, desde lo profundo de
nuestro corazón, donde se aloja el Espíritu de Dios.
No es correcto
entonces creer, que el Espíritu Santo sustituye la Palabra de Dios; al
contrario; ahora vemos como obran en conjunto para que obtengamos las victorias
necesarias. La Palabra nos capacita a “bucear” en el Espíritu de Dios en nosotros, y
obtener cada tesoro necesario en este Camino; nos da la inteligencia necesaria
y ordena nuestra mente, para la victoria. Amén.