lunes, 22 de julio de 2024

Ministerios y Siervos de Sodoma





Ya nadie se sorprende con las noticias en los diarios y medios de comunicación sobre escándalos sexuales que involucran a hombres que se autodenominan siervos o representantes de Dios en la tierra. Son muchos los obispos, sacerdotes, pastores, profetas y predicadores que han sido descubiertos en actos depravados, impensables para quienes ostentan “tal nivel de santidad”. En secreto, son víboras y lobos rapaces que abusan de la confianza de sus seguidores para satisfacer sus depravaciones obscenas y desviadas, victimizando a personas que, en el asombro y la confusión, a menudo no saben cómo responder a tales abusos.

Lo más horrendo de todo esto es que, en su gran mayoría, no han sido las instituciones religiosas a las cuales estos falsos ministros pertenecen las que han descubierto y denunciado estas atrocidades. Por el contrario, han actuado como poderes encubridores para no perder su “credibilidad”, han actuado en la oscuridad. ¿No es esto lo que Jesús condenó, el amar más las tinieblas que la luz, la oscuridad más que la verdad? Han sido los tribunales de justicia los que han asumido la tarea de justicia y verdad, más que estas instituciones religiosas que proclaman justicia y verdad, pero no las practican.

Ha llegado el tiempo de que toda esta falsa piedad sea desenmascarada, de que esta religión de apariencias y abusos caiga. Una religión que sólo enseña confusión, apartando a los hombres del Dios vivo y verdadero; no haciendo la voluntad del Padre, sino de su enemigo.

“Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible” (Apocalipsis 18:2).

Amigos, estamos en el tiempo de la caída de esta estructura que suplantó a la iglesia del Dios vivo, si no lo ves, seguirás en ella sufriendo las consecuencias de sus pecados. Sal de ella para que no seas partícipe de su destrucción.

Ahora, me gustaría que reflexionaras: ¿Cómo han hecho estas falsas iglesias para formar verdaderos ministros sodomitas?

Es notable que muchas instituciones benéficas no religiosas han tenido un comportamiento mucho mejor que estas instituciones que se proclaman representantes de Dios en la tierra. Deberían ser ejemplos de santidad, bondad, pureza, transparencia y amor de Dios, pero en su lugar, han conseguido que se blasfeme el nombre Santo de nuestro Dios y Salvador Jesucristo.

¿Cómo formar un ministerio sodomita?

Hay tres ingredientes importantes para crear ministros sodomitas (y aún un cuarto). Quiero que abras los ojos y descubras por ti mismo quiénes son estos falsos maestros llenos de engaño y mentira.

“He aquí que ésta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas; y no corroboró la mano del afligido y del menesteroso (Ezequiel 16:49).

Primer ingrediente – Soberbia: Estos hombres no se caracterizan por la humildad. Aman las primeras sillas en los templos y ceremonias oficiales, opinan sobre moral, cultura, sociedad y economía, y reclaman el primer lugar en todo, desde bautizos hasta funerales. Se consideran autoridades en filosofía, psicología, sociología y muchas otras áreas, buscando siempre estar en las primeras filas ante Dios y los hombres. Se proclaman como ejemplos morales para la sociedad, hasta que no se descubra lo contrario.

Segundo ingrediente – Saciedad de pan: Estos hombres tienen contratos de por vida en sus instituciones religiosas, asegurando su sustento sin necesidad de rendir cuentas a nadie, sólo a la institución si siguen sus dictados. Disfrutan de una seguridad económica que los libera de la necesidad de resultados, a diferencia de los verdaderos apóstoles de Jesús. Sus posiciones les garantizan un sustento constante y sin esfuerzo, permitiéndoles vivir cómodamente sin preocuparse por el trabajo verdadero o por las necesidades de los demás. Pero como les dan de comer, también les exigen que estén dentro de la "línea editorial" de quienes los mantienen; y eso no es necesariamente la "línea editorial" del Dios. Muchos, usando un falso evangelio, se enriquecen a costa de engaños a las ovejas.

Tercer ingrediente – Abundancia de ociosidad: Tienen mucho tiempo libre, con pocos cultos o misas a la semana, lo que les permite satisfacer sus concupiscencias carnales. Son asalariados sin trabajo verdadero, pervirtiendo y engañando hasta que son descubiertos en sus pasiones vergonzosas. Su tiempo libre, lejos de ser dedicado al servicio a Dios y a los demás, es utilizado para satisfacer deseos carnales y para pervertir a los inocentes, con excusa de la verdad y amor.

¿Y cual es el cuarto ingrediente, que mencioné? 

Dice... "y no corroboró [ayudó] la mano del afligido y del menesteroso

Ósea, no hacen misericordia; eso puede parecer extraño; pues se ven haciendo algunos muchas obras, pero la verdadera misericordia, se hace sin ser publicadas en la redes sociales, para que la gente la vea, sino como lo enseño y practicó nuestro Señor que dijo "no sepa tu mano derecha lo que hace tu izquierda", es decir, NO cumplen el mandamiento de nuestro Señor de ser ANONIMOS; en el cual está la verdadera misericordia.



Los verdaderos ministros de Dios son humildes, enseñados por El Maestro, no asalariados de ninguna institución humana religiosa, y ocupan su tiempo en el servicio a Dios y a los hombres en buenas obras que Dios preparó de antemano. Su vida es un reflejo de la piedad y el compromiso con la verdad y la justicia, y por amor a sus hermanos y a su Dios haces Su obra; lejos de la corrupción y la hipocresía; y de toda obra que no es del Padre.

Hoy ya conoces los ingredientes que forman un ministro sodomita. Ahora es tu tarea abrir los ojos y huir de ellos. Ahora la pregunta es la siguiente: ¿Cuánto pueblo es de Sodoma y no les interesa la voluntad de Dios, sino oír lo que les gusta oír?, ¿Cuántos de ellos eligen ministros falsos porque van más con sus gustos personales? Bueno, las preguntas anteriores, las dejo para mas adelante, y para que puedas tu reflexionar.




domingo, 21 de julio de 2024

¿Cielo, Infierno y algún lugar más...?

 



Hola, un saludo a todos, buenas noches, buenas tardes, buenos días. Hoy quiero compartir con ustedes una parábola de Jesucristo, conocida como la parábola de las diez minas, que se encuentra en Lucas 19:11-27.

En esta parábola, Jesús nos presenta tres destinos diferentes para la humanidad: el infierno, el cielo y un tercer destino, que lo definiremos al final de este estudio (ojo No es el purgatorio, pues eso es un invento Católico que no está en la Biblia).

Para analizar completamente las palabras de Jesús, primero leeremos la parábola y luego la desglosaremos versículo por versículo para entender mejor su significado. La parábola comienza así:

"Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. 

Dijo pues: 'Un hombre noble se fue a un país lejano para recibir un reino y volver. Llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: Negociad entre tanto vengo.

Pero sus conciudadanos le aborrecían y enviaron tras él una embajada diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 

Aconteció que, vuelto él después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que habían negociado cada uno. 

Vino el primero diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. 

Vino otro diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. 

Vino otro diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo, porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo que tomas lo que no pusiste y ciegas lo que no sembraste. 

Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse y que ciego lo que no sembré. ¿Por qué pues no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo lo hubiera recibido con los intereses? 

Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina y dadla al que tiene diez minas. 

Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. 

Pues yo os digo que todo aquel que tiene, se le dará más; y al que no tiene, aún lo que tiene se le quitará. 

Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá y decapitadlos delante de mí.'"

Esta es la parábola. Ahora la veremos paso a paso, para entenderla mejor.

Jesús comienza diciendo una parábola porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. Creían que el reino de Dios se haría presente en ese momento, pero Jesús sabía que aún no era el tiempo; que tenía que morir primero, resucitar, recibir el reino del Padre, su iglesia debía producir con el Espíritu Santo que el nos dejó y finalmente regresar.

Jesús continúa diciendo que un hombre noble (que representa a él mismo) se fue a un país lejano (al cielo, más bien sobre el cielo, al lugar que está Dios el Padre) para recibir un reino y volver. Llamó a diez de sus siervos y les dio una mina a cada uno, diciéndoles que negociaran mientras él regresaba. Esto simboliza los dones y responsabilidades que Jesús nos da a cada uno de sus hijos.

Sin embargo, los conciudadanos del hombre noble (la gente del mundo) lo aborrecían y enviaron un mensaje diciendo que no querían que él reinase sobre ellos. Esto representa a aquellos que rechazan a Jesús como su rey, son sus enemigos.

Cuando el hombre noble volvió después de recibir el reino, llamó a sus siervos para ver qué habían hecho con las minas. El primer siervo dijo que su mina había ganado diez minas más. El hombre noble lo elogió y le dio autoridad sobre diez ciudades; ósea lo recompensó. El segundo siervo dijo que su mina había producido cinco minas, y también fue recompensado con autoridad sobre cinco ciudades. Ambos hicieron la voluntad de Dios, es decir, caminaron en el camino de Dios, más que en los suyos.

Sin embargo, el tercer siervo dijo que había guardado su mina en un pañuelo porque tenía miedo de su señor, sabiendo que era un hombre severo. El hombre noble lo reprendió por no haber al menos puesto el dinero en el banco para ganar intereses. Ordenó que le quitaran la mina y se la dieran al que tenía diez minas. Vemos que este siervo, si bien es un siervo del Señor; no ha producido NADA con la mina de su Señor, no es un ladrón, pues se la devuelve; pero es un siervo negligente, que no hizo trabajar los dones y responsabilidades que el Señor le dio. Si bien no es un enemigo del Señor, pero no representó en nada a su Señor mientras el no estuvo.

Luego, Jesús dice que a todo aquel que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, aún lo que tiene se le quitará. Esto significa que aquellos que usan bien los dones y oportunidades que Dios les da recibirán más, mientras que aquellos que no lo hacen, perderán lo que tienen (lo que Dios les entregó). El perder la mina, no significa que son tratados como los enemigos de su Señor, ósea no son decapitados, pero lo divino entregado se les quitará.

Finalmente, Jesús habla de sus enemigos, diciendo que los traigan y los decapiten delante de él, representando el juicio final y cuando son destinados al infierno de fuego.

En esta parábola, Jesús nos muestra tres destinos para la humanidad:

  1. Los siervos fieles que producen frutos y reciben recompensas (esto es la iglesia del Señor).
  2. Los siervos infieles que no producen nada y pierden lo que tienen (salvos por fuego ver 1Co 3:15).
  3. Los enemigos de Jesús que serán condenados al lago de fuego.

Estos tres destinos representan el cielo con recompensas (sobre el cielo), el cielo sin recompensas (paraíso) y el infierno (lago de fuego). La parábola nos llama a ser siervos fieles y a utilizar bien los dones que Dios nos ha dado, evitando el destino de los siervos infieles y peor aún, de los enemigos de Dios.

Espero que este análisis les haya ayudado a entender mejor la parábola de las diez minas. Que tengan un buen día, tarde o noche. Muchas gracias.

Para un mejor análisis ver este link, que nos muestra el lugar donde está Dios, y el lugar al que somos llamado.

¿Por quienes está conformada la iglesia de Jesucristo?



Hola, un gusto saludarlos a todos. Hoy quiero compartir con ustedes la diferencia entre un creyente y un discípulo. No son exactamente lo mismo, aunque un discípulo ciertamente es un creyente, pero un creyente no necesariamente es un discípulo. Y contestar la siguiente pregunta: ¿Por quienes está conformada la iglesia de Jesucristo; por creyentes o discípulos? (obviamente los discípulos son creyentes, por eso debemos contestar). ¿Por creyentes que no son discípulos, o por creyentes que sí son discípulos? Esta es la pregunta que queremos responder hoy, con algunas citas bíblicas y razonamientos.

Si leemos en el Evangelio de Juan, capítulo 8, versículos 31 y 32, dice lo siguiente: "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: 'Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres."

Este es un versículo muy famoso en el cual Jesús le habla a los que habían creído en él y les da una condición: "Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos." Aquí está estableciendo claramente la diferencia entre un creyente y un discípulo. Una persona comienza como creyente, pero el llamado es a ser discípulo, empezando por creer y luego seguir al Señor.

Ahora, si queremos profundizar un poco más en este tema, veamos qué dice también la Escritura sobre los creyentes. En Romanos 10:8-9 leemos: "Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos, que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo." Esta es la palabra de fe que predicamos para todos los seres humanos, para que sean salvos, es decir, confesando con la boca y creyendo de los más profundo, se cree para salvación..

En Juan 3:36 dice: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que se rehúsa a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él." Aquí vemos que todo aquel que cree en el Hijo tiene vida eterna. Nuevamente vemos, como la salvación sólo depende de creer sinceramente el El.

En Romanos 3:24 dice: "Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús." Un creyente es justificado gratuitamente por su gracia, es decir, es sólo creer de corazón.

Entonces, ¿Qué es un discípulo? No es exactamente lo mismo que un creyente, pero tienen una base común. En Lucas 14:25-33 leemos: "Grandes multitudes iban con él, y volviéndose, les dijo: 'Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre y madre, y mujer e hijos, y hermanos y hermanas, y aún también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. ¿Por qué? ¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos para ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después de que haya puesto el cimiento y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro todavía está lejos, le enviará una embajada y le pedirá condiciones de paz. Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.'"

Jesús establece claramente que un discípulo debe renunciar a todo lo que posee, calculando el costo de seguirlo. Un discípulo es una persona que entiende el costo de seguir a Jesús, que incluye renunciar a todo lo que posee, incluso a su propia vida.

Vemos entonces que la diferencia entre un discípulo y un creyente que no lo es (pero sí cree en Jesucristo); la diferencia es la renuncia a todo.

Ahora veamos por quienes está constituida la iglesia.

En Hechos 6:1 vemos que la iglesia estaba constituida por discípulos. Dice: "En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria." Vemos en el texto anterior, que la iglesia estaba constituida por discípulos.

En Hechos 11:26 dice: "Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente, y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía." Los cristianos eran los discípulos del Señor; ósea aquellos que lo siguen.

En Hechos 20:7 leemos que el primer día de la semana (domingo) se reunían los discípulos para partir el pan. "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente, y alargó el discurso hasta la medianoche." La iglesia estaba constituida por discípulos, que en Antioquía fueron llamados cristianos por primera vez; y los días domingo, se reunían juntos para partir el pan.

En conclusión, la iglesia está constituida por discípulos. Todos los creyentes son hijos de Dios y son salvos, pero no todos son discípulos. Los discípulos deben pagar un costo, que significa entregarlo todo por su Señor.

Jesús dijo que un discípulo debe renunciar a todo y tener al Maestro por sobre todas las cosas. En Lucas 14:26-27, Jesús dice: "Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre y madre, y mujer e hijos, y hermanos y hermanas, y aún también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo." Esta es la diferencia entre un creyente y un discípulo (nótese que siempre un discípulo es un creyente verdadero).

Para ser discípulo, hay que permanecer en su palabra, tomar la cruz cada día y seguirlo, poniendo a Jesús por encima de todo. Gracias por su atención, y la gracia y paz de Dios, sea con todos ustedes. Saludos.

martes, 11 de junio de 2024

¿Dónde está Dios?, según la Biblia

 


La mayoría de los cristianos hoy en día cree que Dios está en el cielo, y eso es cierto porque Dios es omnipresente. Pero, ¿es solo así? ¿O está en otro lugar también? ¿Qué nos dice la Biblia al respecto? Los análisis que se presentan aquí se basan únicamente en el respaldo bíblico, para no establecer una doctrina diferente a la que enseña la Biblia.

Partimos de la afirmación que vamos a respaldar bíblicamente: ¿Dónde está Dios? Dios está sobre el cielo, no solo en el cielo, como comúnmente se cree.

Esta es la afirmación que vamos a respaldar bíblicamente, entendiendo que Dios está en todo lugar, es decir, es omnipresente. Los argumentos serán lógicos y basados únicamente en la Biblia.

Esto es algo a lo que no estamos acostumbrados los cristianos a escuchar, pero lo veremos bíblicamente, y es bueno para tener una mejor comprensión y conocimiento de Dios:


  1. En Génesis 1:1, el primer versículo de la Biblia nos dice:

"En el principio creó Dios los cielos y la tierra." (Génesis 1:1)

Si analizamos esto, vemos que al principio (es decir, al inicio) Dios creó los cielos. Entonces, me pregunto: ¿Dónde estaba Dios antes del principio? No podía estar en los cielos, pues aún no habían sido creados por Él, pues son parte de su creación.

Aquí vemos cómo Dios estaba en un lugar que no eran los cielos antes de la creación; pues no existía la creación aún. A este lugar lo llamaremos "sobre el cielo".


  1. La Biblia expresa que Dios es más grande que los cielos:

"Pero, ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿Cuánto menos esta casa que yo he edificado?" (1 Reyes 8:27)

Aquí vemos cómo Salomón indica que Dios no cabe en los cielos; los cielos de los cielos no lo pueden contener. Entonces, es lógico también pensar que Él está sobre el cielo, y no solo en el cielo, como comúnmente se cree.


  1. La oración del Padre Nuestro dice explícitamente en español que el Padre está en el cielo:

"Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en [ἐν] los cielos, santificado sea tu nombre." (Mateo 6:9)

La palabra en griego coiné [ἐν] también se puede traducir como "sobre", y si lo traducimos así, quedaría:

"Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás sobre [ἐν] los cielos, santificado sea tu nombre." (Mateo 6:9)

Como ejemplo: En este versículo vemos cómo la palabra se traduce como "sobre":

"Fiel al que lo constituyó sobre [ἐν] toda su casa, como también lo fue Moisés." (Hebreos 3:2)


  1. A continuación, algunos ejemplos en que la Biblia habla de "sobre los cielos", el lugar donde Dios habita:

"Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra. Has puesto tu gloria sobre los cielos;" (Salmos 8:1)

"Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea tu gloria." (Salmos 57:5, 11)

"Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él." (Salmos 68:4)

"Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad; he aquí dará su voz, poderosa voz." (Salmos 68:33)

"Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios, y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria." (Salmos 108:5)

"Excelso sobre todas las naciones es Jehová, sobre los cielos su gloria." (Salmos 113:4)

"Alabadle, cielos de los cielos, y las aguas que están sobre los cielos." (Salmos 148:4)


  1. Ahora, veremos cómo un versículo del Nuevo Testamento indica que Jesucristo subió sobre los cielos, donde está el Padre:

"El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo." (Efesios 4:10)


Conclusión: Es bíblico decir que Dios está sobre el cielo, como Su lugar. Sin embargo, es algo incomprensible para nosotros, pues está en algo que está sobre Su creación (a la cual pertenecemos). Recordemos que Él creó el espacio, el tiempo, la materia, la energía, las ondas, la vida biológica, etc. Es algo incomprensible para una mente creada como la nuestra entender cómo es "sobre el cielo", pues estamos en la tierra, bajo el cielo, como seres humanos. Los cristianos generalmente lo ubicamos en el cielo, pero lo correcto es ubicarlos donde está "sobre el cielo". 

viernes, 12 de abril de 2024

La Gracia de Dios, mal entendida.

 Un cordial saludo a todos, les quiero compartir un valioso mensaje de nuestro Dios, recibido directamente de El a través de un querido hermano y amigo, respecto a la gracia mal entendida; por la boca de nuestro Dios es exhortada la iglesia a entenderla y tomarla correctamente, sin más que decir, les comparto el mensaje:



"Soy un hijo de Dios, por la misericordia de mi Padre y el amor de Jesucristo que murió para pagar por mis pecados. Sigo al Señor en el camino para llegar al Padre y es en ese camino el Espíritu Santo me ha entregado el don de profecía.

Este don lo recibí al convertirme, sin embargo, sólo hace cuatro años comenzó a manifestarse y a desarrollarse en mi vida como hijo de Dios y poco a poco he ido entendiéndolo y ejerciéndolo, con temor de Dios y en obediencia.

Es en este camino que hoy comparto uno de los mensajes recibidos hace poco.

Para explicar brevemente cómo los recibo, Dios y/o Jesús toman mi mano y escribo directamente el mensaje como lo recibo. Nunca vuelvo atrás mientras lo escribo, ni tampoco modifico palabra, ni los cambio de manera alguna. Son mensajes que entrego, literalmente, tal como los recibo.

Nunca un mensaje podría contradecir las Escrituras y quien lo lea, contrástelo con ellas y pida revelación del Espíritu Santo sobre él.

Los dones son para edificación de la iglesia y para la gloria de nuestro Señor Jesucristo"  


                                                                                                14 de marzo de 2024

Perdón Señor por no disponerme hace dos días, perdón por mi porfía y por mi falta de sabiduría para reconocer tu voz y obedecer. “Heme aquí” es lo que anhelo decir y de la manera que quiero disponerme de aquí en adelante; tomo tu misericordia y me humillo ante ti, amén.


"La gracia del Padre, mi gracia, es la que sostiene a los hijos de Dios; pero no para tomarla livianamente, no para que hagan de ella lo que deseen sus corazones, porque son estrechos, no ven y son miopes.

Mi gracia es para abrirles las puertas a mi voluntad y a mi camino, mi gracia los cubre y la entrego porque sé que caerán, pero no la tomen en desobediencia, sino en obediencia y en temor, porque mi gracia mal entendida tendrá la consecuencia adversa a lo que es mi voluntad, y los alejará.

No quiero a mis hijos recibiendo la gracia sin temor, porque de la carne surgirá la desobediencia. Nunca la gracia ha sido para los desobedientes; a ellos niego mi gracia; nunca mi gracia ha sido para el soberbio, contra él mi gracia se convierte en ira; nunca mi gracia ha sido para el que me niega, porque contra él tendré que me ha negado; nunca mi gracia ha sido para el cobarde, porque contra él tendré vergüenza y lo negaré y será despojado aún de lo poco que tiene. El cobarde se esconde en la gracia, el desobediente se aprovecha de la gracia, el que no me teme se jacta de la gracia y el que me niega se pierde en la gracia.

La gracia trae perdón y misericordia al que me ama y al que me teme, pero al que no me ama le trae perdición y no temblará mi mano ante aquél que me niega.

Si digo esto es porque entre ustedes hay quienes podrán perderse en la gracia, por falta de temor y por soberbia. El temor de Dios los hará abrir los ojos ante esto y no olviden que mi ira contra el mundo y contra aquél que no me teme, está pronta.

Abran sus bocas para entregar esto entre ustedes, para que sean sabios, porque él que no es sabio no podrá seguir mi camino. Salgan de donde están para poder ser luz; la gracia no los hará sabios ni serán luz, porque por sí sola no los guiará por el camino, sólo mi Espíritu los guiará.

Mi gracia está para el que me ama y para el que me teme, porque este es el que obedece, él que no me ama y él que no me teme, no obedece y el que no obedece, mejor le sería no haber conocido la gracia"



  

lunes, 5 de febrero de 2024

¿Qué significa la frase?, él que tiene oídos para oír, oiga.

 



Nuestro Señor Jesús, muchas veces dijo esta frase, como se registran en los evangelios sinópticos, El que tiene oídos para oír, oiga”, pero ¿Qué significa realmente esta frase?; hay varias interpretaciones de ello, pero nos es imperiosa necesidad el saber la verdad fidedigna de ello, es decir, que realmente quiso decir con esto.

Bueno, debemos saber que nuestro Señor cuando vino a la tierra y se hizo hombre en Jesús de Nazaret, se hizo judío, y como judío, tenía muchos hebraísmos que hoy debemos entender bien, para no caer en la mala interpretación del texto, y eso nos haga hacer lo contrario, de lo que él, nos indica y realmente espera de nosotros.

Primero, debemos decir que la palabra oír en hebreo es la palabra shamá; ósea acá vemos la palabra para oír, que es la misma palabra para obedecer (muy interesante); oír y obedecer en hebreo, son la misma palabra Shamá.

El “shamá” hebreo, de Israel es este (que es muy conocido):

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. (Deuteronomio 6:4)

Es también como los cristianos vemos el primer mandamiento de la ley (Torá).

Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. (Marcos 12:29)

Es importante ver esto, el primer mandamiento no es sólo oír, como se diría en español, es también hacer. Es que en hebreo la palabra oír también tiene el significado de OBEDECER (lo digo nuevamente).

 Veamos esto en más detalle:

El Shamá de Israel dice:

Oye (Shamá), Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. (Deuteronomio 6:4)

La palabra que se traduce como OYE, es la palabra OIR; que es la palabra SHAMA (שָׁמַע) en hebreo; que tiene los significados de OIR, como el significado de OBEDECER; ósea, cuando traducimos como oye Israel está bien gramaticalmente, pero nos perdemos que OIR es también obedecer en hebreo, una traducción posible en español sería la siguiente que nos es más clara en nuestro idioma:

Obedece (Shamá), Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. (Deuteronomio 6:4)

Ósea, oír y obedecer, en hebreo van juntos; quien no obedece, es porque NO oyó; y quien obedece, es porque SI oyó. En español no son lo mismo, y eso nos ha dado malos resultados a la hora de entender bien la Biblia.

Sabiendo lo anterior, ¿Cómo podríamos traducir en forma más correcta la frase típica de Jesús de Nazaret, escrita en la Biblia?:

Está muchas veces escrito en nuestra Biblia así:

El que tiene oídos para oír, oiga;

pero su verdadero significado sería, cómo lo vimos reiteradamente:

 El que tiene oídos para oír, obedezca.

Eso sería una mucho mejor traducción en español.

El que tiene oídos para oír la Palabra de Dios, obedezca; eso cambia mucho el significado en español (castellano); la palabra obedecer no es tan popular y en español creemos que podemos oír y entender un mensaje, pero el Señor nos lo dice para que le obedezcamos; no sólo para que lo oigamos.

¿Y que tiene que ver esto, con la fe?

¿No somos salvos por medio de la fe?

¿No son obras estas?

Bueno, estas son preguntas que pueden surgirnos, pero vamos aclarando el tema poco a poco…

Si leemos este versículo del apóstol Pablo vamos entendiendo más el tema:

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. (Romanos 10:17)

Acá vemos como la verdadera fe, viene por el oír; y este oír por la Palabra de Dios; entonces vemos que la fe, es consecuencia de oír al Señor; y obedecerlo es también consecuencia de oírlo; entendemos entonces, que obedecer, y creer son parte de lo mismo; porque la forma de mostrar la fe; son las obras vivas.

Ejemplo:
Una forma que el Señor me mostró que creer y obedecer son parte de lo mismo, y si no hay obediencia, es que no hay verdadera fe (creer).

Hace tiempo atrás trabajaba en obras masivas de construcción, y me fui un poco tarde de la oficina que tenía en un conteiner en la obra, estaba oscuro y no veía prácticamente nada; así que me fui a la camioneta que tenía, a tientas, pisando el barro pues era invierno; después de la caminata y del esfuerzo por superar el barro; llegue al lugar en que CREIA que tenia estacionada la camioneta, pero al llegar no estaba… luego me acorde que la había estacionado en el lugar contrario al que había ido, y tuve que hacer la caminata de regreso y luego al lugar correcto. Y allí estaba, ¡qué bien!

¿Qué aprendí de eso?, que yo fui al lugar que YO CREIA que estaba la camioneta, ósea, no se puede desligar la Fe (creer) con la Acción (obediencia a la fe); pero luego recordé donde verdaderamente la estacioné, y actúe conforme a mi nueva creencia (fe) y eureka, ahí estaba.

Esto nos enseña que todo lo que realmente creemos, es lo que realmente hacemos; si le creemos a Dios, entonces le obedecemos. Si no obedecemos, es que realmente no le hemos creído de corazón, podemos decir con la boca que le creemos, pero al no obedecer, estamos negando nuestra fe; es decir, es una fe muerta como dice Santiago.

Así también la fe, si no tiene obras (hechos, obediencia, etc.), es muerta en sí misma. (Santiago 2:17)

Entonces podemos concluir que la mejor traducción de la frase El que tiene oídos para oír, oiga.   típica del Señores esta:

El que tiene oídos para oír, obedezca.

Sin obediencia no hay verdadera fe, y la persona nada oyó; aunque diga que si oyó.  Vemos que el Señor Jesucristo busca nuestra obediencia si le podemos oír; sin obediencia; no hay verdadera fe.

Ahora como segunda derivada (así se dice en matemáticas), y es muy importante decir, por eso lo expongo; si lo oímos y obedecemos; afirmaos nuestra fe, y como consecuencia, es la forma que DIOS TIENE DE AUMENTARNOS LA FE, es decir, obedeciendo a lo que Él nos dice. Porque la Fe viene por el OIR y el OIR por la PALABRA de DIOS.

Saludos, que el Señor con su Espíritu alumbre este mensaje, gracias y a oír y obedecer, para no perder el tiempo que el Padre nos da.

 

El que tiene oídos para oír, obedezca.

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