domingo, 9 de diciembre de 2018

Los diez leprosos

Es un agrado y privilegio para mí, el poder compartir con ustedes esta historia Bíblica de cómo Jesús limpia a diez leprosos. Espero podamos ver en ella un gran ejemplo de lo que el Señor nos quiere enseñar hoy… pero antes, leamos la historia de estos diez hombres escritas en el evangelio de Lucas:

Lucas 17:11-19  Aconteció que al proseguir hacia Jerusalén, pasaba por medio de Samaria y Galilea.  (12)  Y entrando en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon a cierta distancia,  (13)  y alzaron la voz, diciendo: ¡JESÚS, Maestro, ten misericordia de nosotros!  (14)  Cuando los vio les dijo: ¡Id, mostraos a los sacerdotes! 
Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.  (15)  Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, regresó glorificando a DIOS a gran voz,  (16)  y cayó sobre su rostro a sus pies, dándole gracias (y él era un samaritano).  (17)  Respondiendo entonces JESÚS, dijo: ¿No fueron diez los limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?  (18)  ¿No se halló quien regresara para dar gloria a DIOS, sino este extranjero?  (19)  Y le dijo: ¡Levántate y vete, tu fe te ha salvado!

Vemos en esta historia como diez hombres que sufrían de lepra claman a Jesús para que tenga misericordia de ellos; Jesús les ordena que vayan a mostrarse a los sacerdotes, pues debemos recordar que era el sacerdote el encargado de ver si la lepra era ya limpia en un hombre o no (Ver Levítico capítulos 13 y 14).

Estos diez hombres le creyeron a Jesús, y motivo de esa fe, fueron sanados (nosotros podemos ver esa  fe, en la obediencia a la orden de Jesús de ir a presentarse a los sacerdotes; pues si no hubieran creído, no hubieran obedecido y no habrían sido sanados).
Luego uno de los diez al verse sanado, ¡regresó a Jesús glorificando a Dios a gran voz!!! Es increíble cómo los otros nueve siguieron de camino a los sacerdotes a cumplir el rito establecido en la ley, y no vieron que el verdadero sacerdote esta frente a ellos (y mejor que un sacerdote pues es el sumo sacerdote ver Hebreos 4:14). Sólo uno de los diez, pudo ver en Jesús al verdadero sumo sacerdote, y se postra a sus pies dándole las gracias. Vemos como los otros nueve hombres, cumplen el rito al pie de la letra, y como tan sólo uno de ellos (un samaritano) ¡ve la realidad (verdad) de lo que está ocurriendo, se postra y da gracias a Quien tiene en frente!!!

Jesús pregunta por los otros nueve que han sido sanados ¿Dónde están?; la respuesta es triste, están sanos en sus cuerpos pero aún tienen sus corazones endurecidos y no ven al verdadero sacerdote en frente de ellos; ellos van tras el rito de la ley; y no tras la realidad (verdad) que es en Cristo Jesús.

Fue el extranjero, el samaritano; el de menor mérito en su carne, que regresó y le dio gloria a Dios y reconoce en Jesús más que un hombre; su corazón lo lleva a postrarse y dar gracias.

¡Levántate y vete, tu fe te ha salvado! Le dice Jesús, estas son las palabras más importantes ahora para este hombre, ya no sólo ha sido sanado, sino que por medio de su fe, fue salvado. Como vemos, sólo este hombre fue salvo por su fe; los otros nueve se van con sus cuerpos sanos, ¡pero aún no han experimentado la salvación!!!, pues NO LO HAN VISTO.

¡Levántate y vete, tu fe te ha salvado! Le dice Jesús, son las palabras del Sacerdote Supremo al leproso, son las palabras del Sacerdote Supremo al pecador; pues es el sacerdote quien declara limpio al leproso, y vemos como Jesús aquí declara limpio al pecador por mérito de su fe (Ver Levítico capitulo 13).

¿No te parece sorprendente como Jesús les da a esos diez hombres una orden literal con respecto a la ley (el presentarse a los sacerdotes) y como sólo uno de ellos que obedeció a dicha orden, pudo ver realmente la ley espiritual de Dios, que lo llamó a dar gracias y postrarse ante el verdadero Sumo Sacerdote, aparentemente desobedeciendo la ley de Moisés?

¿No te parece que hoy pasa lo mismo con muchos cristianos, e incluso con nosotros mismos?

¿Como muchas veces estamos tras el rito repetitivo y lejos del Espíritu del rito; como en la boca estamos cerca  de Dios, pero lejos de corazón?

Conclusión: ¡Diez leprosos, diez sanados y sólo uno de ellos fue salvado por su fe!!! Nueve sanos que siguen el rito, pero con un corazón duro para con Dios; un extranjero y de menor mérito, pues es samaritano; ¡descubre Su Presencia y se postra a sus pies y da gracias!!!

¡Levántate y vete, tu fe te ha salvado!, levántate y vete que tu fe te ha salvado; ya no es necesario ir al sacerdote terrenal, ya no es necesario el rito; has visto la realidad (verdad); lo has visto a Él. El rito estaba para conducirte a la realidad, para despertar tus sentidos a la verdad; la ley está puesta para conducirnos a Cristo, y su fin es Cristo.

Porque el fin de la ley es CRISTO, para justicia a todo el que cree. (Romanos 10:4) 

Se ven diez hombres que recibieron el beneficio temporal de la sanación de sus cuerpos, pero sólo se ve uno que lo reconoce y recibe el beneficio eterno de su salvación; y esto no vino de seguir en el rito perpetuamente; sino en ver la realidad del rito. Al Sumo Sacerdote ante él.

Son nueve los hombres que se perdieron lo mejor, que fueron tras las figuras y formas; y no reconocieron la realidad; la esencia de lo que realmente estaban haciendo y con Quien se encontraron; no tuvieron la sensibilidad de agradecer al Hombre que los sanó. Sólo en esa sensibilidad  lo podremos ver, siguiendo el Espíritu de la ley, y no la letra. En la ley del amor.

Porque la ley, teniendo una mera sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede perfeccionar a los que se acercan por medio de los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año. (Hebreos 10:1)

Si lees los capítulos 13 y 14 del libro de Levíticos, en el Antiguo Testamento; te darás cuenta que es el sacerdote quien declara limpio o impuro a un leproso; los nueve leprosos sanados de seguro llegaron al templo ante los sacerdotes terrenales y fueron declarados limpios en sus cuerpos; pero en cambio vemos al único que volvió al verdadero Sacerdote Jesús y es declarado limpio, no en su cuerpo terrenal solamente, sino limpio completo por gracia por medio de la fe, y por lo tanto, salvo!!!

¡Gracia y Shalom de nuestro gran Padre y Señor;
 a los que se postran ante tal Sumo Sacerdote!!! 
Amén.

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sábado, 8 de diciembre de 2018

¿Viene o no viene pronto?



Se ha sembrado mucha confusión respecto a la segunda venida de Jesús de Nazaret, el Mesías; es por ello, que hoy les comparto la reflexión de si Jesús regresa o no regresa pronto; y veremos cómo se ha caído en ambos extremos en la predicción de su venida. Por un lado, tenemos los que creen que aún falta mucho para que llegue su regreso (y los más alejados que se burlan de su venida que no se cumple aún). Y por otro lado, están los que creen que es inminente su regreso (en cualquier instante), y ha sido tal esa posición, que ya han ocurrido en la historia varios anuncios fallidos (chascarros) del regreso del Señor Jesús; con el lógico descrédito y burla del evangelio, por personas que no han escuchado al Maestro antes de enseñar (y no han entendido las Sagradas Escrituras en ese aspecto).
Bueno queridos lectores, amigos y hermanos; ambas posiciones son posiciones erradas, como lo veremos a continuación, en base a algunos versos bíblicos:

Primero leamos lo siguiente, para tener una idea de la posición de aquellos que creen que su venida no se cumplirá o tardará mucho:

…conociendo esto primero: que en los postreros días vendrán burladores andando en sus propias pasiones, que con sarcasmo dirán: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde que durmieron los padres todo permanece igual desde el principio de la creación. (2 Pedro 3:3-4)

El camino de la vida es angosto y no debemos desviarnos ni a diestra ni a siniestra; en extremo tenemos a los que ven como tardanza su venida; incluso los que aún se burlan de ella como que nunca ocurrirá.

Veamos lo que el apóstol Pedro nos exhorta y enseña:

El Señor no retarda la promesa, como algunos la consideran tardanza, sino que es paciente hacia vosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. (2 Pedro 3:9)

NO hay tardanza, sino que hay un tiempo dado no queriendo El que NADIE perezca; lo repito NO QUERIENDO QUE NADIE PEREZCA. Es por eso que no se ha cumplido el tiempo, el tiempo es una forma de misericordia de Dios para con la humanidad.

Por otro lado tenemos la posición de aquellos que ven inminente el regreso del Señor, que puede ser en cualquier momento, bueno de esta segunda posición que es el otro extremo, me gustaría compartir el siguiente texto:

Él dijo: Mirad que no seáis engañados, porque vendrán muchos en mi Nombre, diciendo: ¡Yo soy! Y: ¡El tiempo está cerca! No vayáis en pos de ellos. (Lucas 21:8)

Vemos acá como Jesús mismo nos advirtió del engaño del otro extremo, de los falsos maestros dirán ¡El tiempo está cerca!, quienes se predican a sí mismos diciendo, YO SOY; Jesús nos advierte: no los sigáis, es decir, no les creáis.

Este otro extremo, el error del inminente y sorpresivo regreso del Señor, en el que algunos incluso se han atrevido a dar fechas fallidas, hoy vemos un error bastante difundido.

El Señor dejó varias señales para reconocer el tiempo de su venida, y debemos conocer los tiempos en que ella ocurrirá; sólo no sabremos ni el día ni la hora, que sólo el Padre lo sabe, pero si debemos estar en luz respecto a los tiempos de su regreso (estimo que podremos saber el año e incluso del mes de su regreso, pero no el día y la hora).

Pero acerca de aquél día y hora, nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre. (Mateo 24:36)

Ahora les puedo agregar una aclaración que hizo el apóstol Pablo respecto al DÍA DEL SEÑOR o SU VENIDA que es el mismo evento, les copio para que estemos informados lo que antes debe ocurrir de su venida:

Pero con respecto a la venida de nuestro Señor JESUCRISTO, y nuestra reunión con Él, os rogamos, hermanos, no moveros fácilmente de vuestro modo de pensar, ni ser perturbados, ni por espíritu ni por palabra, ni por epístola como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor ha llegado. ¡Nadie os engañe en ninguna manera! Porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y sea manifestado el hombre de iniquidad, el hijo de la perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que es llamado DIOS o es objeto de adoración, hasta el punto de sentarse en el santuario de DIOS, proclamándose que es DIOS. (2 Tesalonicenses 2:1-4)

Este importantísimo día, no será en cualquier momento; será luego de que se manifieste la apostasía, y sea manifestado el anticristo.

Existen los extremos en ver la segunda venida del Señor y ambas erradas; la primera como algo que tarda y que incluso llegaría a no ocurrir; esas personas les vendrá como ladrón en la noche, pues andan en oscuridad.  La segunda, de aquellos que esperan su regreso en cualquier momento, ellos también están en un error, el cual Pablo aclara que ocurrirá luego de un hecho mundial acá en la tierra (la manifestación de la apostasía y del hombre de pecado). Este segundo grupo, hay aquellos que incluso han dado fecha fallidas del regreso de Jesucristo; han sido aquellos que Jesús profetizó y dijo:  Mirad que no seáis engañados, porque vendrán muchos en mi Nombre, diciendo: ¡Yo soy! Y: ¡El tiempo está cerca! No vayáis en pos de ellos.

El camino de la vida es angosto, no nos desviemos a derecha ni a izquierda…

No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal. (Proverbios 4:27)

El consejo que debemos seguir es valar y orar; para que aquel día no nos sorprenda como un ladrón en la noche, pues somos hijos de la luz; si habéis recibido la luz que alumbra a todo hombre y la seguís.

Mas vosotros, hermanos, no estáis en oscuridad, para que el día os sorprenda como ladrón; porque todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de la oscuridad. Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios. (1 Tesalonicenses 5:4-6)



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