viernes, 1 de agosto de 2008

Ministros competentes


Y para estas cosas ¿quién está capacitado?

Pues no somos como muchos, que comercian con la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios y delante de Dios hablamos en Cristo.
(2Co 2:16-17)

Si miramos el texto anterior veremos la siguiente pregunta: Y para estas cosas ¿quién está capacitado?

¿Quien está capacitado como ministro (siervo) de Cristo?

Antes, sólo debemos entender que es Dios quien nos da la capacitación (no son las instituciones humanas); ya que si tú quieres ser ministro de estado, el que debe aprobarte es el presidente del estado del cual quieres ser ministro; lo mismo en el Reino de Dios; es el Señor nuestro Dios, el que capacita, da suficiencia y aprueba a sus servidores; y no los hombres (incluyendonos). ¿Comprendes?

Y esta confianza tenemos hacia Dios por medio de Cristo: no que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios, el cual también nos hizo suficientes como ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. (2Co 3:4-6)
Para un servicio eficaz, es decir, un ministerio de Dios, podemos ver los siguientes aspectos, tomados de 2Cor 2:17, veremos cinco requisitos de un verdadero ministro de Dios.


Pues no somos como muchos, que comercian con la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios y delante de Dios hablamos en Cristo. (2Co 2:17)

1º Verdadera motivación: Los ministerios parten del corazón, desde dentro del hombre hacia afuera; lo primero que Dios trata es nuestro corazón; por eso los falsos ministros de Dios, no sirven a Dios, sino que comercian con el evangelio. Dios parte del corazón del hombre; poniendo un corazón conforme a su corazón; y segundo, poniendo en el hombre el anhelo sincero de servir a Dios y a los hermanos. Ese es el principio de un ministerio, la verdadera motivación; si es servir a Dios, o por el contrario, las riquezas y la gloria personal.

2º Sinceridad: Dios nos enseña a ser sinceros, recuerden que el aborrece la hipocresía (de hecho dijo guardaos de la levadura de los Fariseos que es la hipocresía); ser servidor de Cristo no significa ser perfecto en uno mismo; sino significa ser claro y transparente, y no simular cosas que no son.

3º De parte de Dios: Lo tercero es tener un mensaje que comunicar, recuerden que los ministerios son de la palabra de Dios, hay que tener un mensaje que comunicar y ser fiel en la comunicación del mensaje (mucha veces por este mensaje te rechazarán, otras te oirán). Sin mensaje no hay ministerio; y todos tenemos algo dado por Dios que debemos comunicar al mundo y a los hermanos; sólo que debemos oírlo con atención.

4º Delante de Dios: Delante de Dios significa en fe, y ante su presencia con temor del Omnipotente; no como delante de los hombres solamente, sino delante de Dios, que nadie lo puede engañar...

5º Hablamos en Cristo: En Cristo es el verdadero lugar de permanencia del creyente; en ese lugar Dios provee de la gracia; recuerden que debemos esforzarnos en la gracia que en EN Cristo Jesús. Fuera de él, quedamos desprovistos de la gracia (ver artículo Las dos leyes...). Un ministerio, o hablar en el Espíritu sólo lo logramos en El. (Ver Hablemos en Cristo).

Lo anterior contesta la pregunta: ¿quién está capacitado?

Dios nos quiere a todos capacitados…

Un abrazo a todos; y pidamos a nuestro Padre y Señor; para que nos llene de espíritu de sabiduría y revelación en lo que El nos promete. Amen.


Rodrigo

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