sábado, 28 de agosto de 2010

Poder de Dios



Hoy quisiera hacer una reflexión respecto a este tema, el poder de Dios; hoy por hoy, mucho se busca, mucho se habla del poder de Dios y no es mucho lo que alcanzamos a ver, del real poder de Dios. Creo que hoy en la iglesia es algo que muchas veces es desconocido o muy escaso. ¿Qué es lo que falla? ¿Dios habrá cambiado? ¿No es aún el tiempo? Son muchas las preguntas que nos podemos hacer al respecto, pero con el siguiente mensaje espero en la gracia de nuestro Dios Padre, poder acercarnos un poco más a sus misterios, en el nombre de su Hijo.

Por favor lee lo siguiente que escribió nuestro hermano Pablo:

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Rom 1:16

Bueno, ¿que dice acá?; dice que el evangelio es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree. En ello vemos las claves como opera del poder de Dios.

Primero: ¿Para que primeramente obra Dios con su poder?
Para salvación. Nota la Biblia dice salvación y no especifica si se refiere a ser salvo o a la salvación del alma, dice salvación sin especificar, porque incluye a ambas, es decir, la salvación completa que quiere Dios en nuestras vidas. Ósea podemos decir, que primeramente el poder de Dios tiene el propósito de salvar al hombre. Repito, la manifestación de su poder tiene el propósito de salvar al hombre, más que hacer una impresionante demostración de su grandeza; por lo que aquellos que buscan señales por sí solas, nada verán. Lo mismo les pasó en los tiempos de Jesús a los que esperaban grandes señales, tuvieron al Señor de gloria ante sus ojos y no lo reconocieron

Segundo: ¿Qué ingredientes necesitamos para que se produzca poder de Dios?
Necesitamos dos ingredientes fundamentales, sin los cuales no hay poder de Dios en nuestras vidas. El primer ingrediente es el evangelio; si el evangelio verdadero. Y el segundo ingrediente necesario, es la fe del que escucha dicho evangelio, es decir, el ser creído el evangelio verdadero.

Podemos concluir entonces, que el poder de Dios se manifiesta con el propósito de salvar al hombre (ya sea la salvación o salvación del alma que es la santificación); y para ello debemos conjugar dos ingredientes fundamentales, ya que con la falla de sólo uno de ellos, el poder queda trunco (no es que Dios pierda su poder, sino que nos salimos de cómo El lo estableció). Primero el evangelio verdadero, y segundo la fe al oírlo. Si cumplimos lo anterior, se manifiesta el poder de Dios en nuestras vidas, es como una formula química, si ponemos los reactivos adecuados, la reacción química se produce. ¿Y porque es así? Porque Dios así lo determino que sea, y no soy yo quien lo dice, sino que el apóstol Pablo lo testificó, y su testimonio está escrito en la Biblia. Yo solo puedo decir que su testimonio es verdadero, por lo que me ha tocado conocer.

¿Cuál es el problema entonces hoy en día con el poder de Dios en la iglesia?

Bueno, yo creo que ya lo puedes ver y deducir:

Primer problema: Muchas veces queremos ver poder de Dios, en cosas que no son relativas a la salvación del hombre; sino más bien espectáculos de los hombres para ganar adherentes, o mantener entretenida la audiencia. En esos casos es mejor que llamen a magos o payasos, ya que Dios no está para hacer shows y entretener la audiencia.

Segundo problema: El evangelio que se predica no es el evangelio puro, está contaminado con mezclas que no son de Dios, y obviamente ese evangelio no puede producir al ser creído, la obra de Dios ni su poder en ello; sino lo que produce es frustración, pérdida, esclavitud y muerte. El enemigo ha sido muy astuto en desviar y distorsionar el evangelio verdadero y fiel, de modo que si una persona cree dicho evangelio adulterado, será imposible obtener lo deseado ya que no es la palabra de Dios genuina.

Tercer problema: Si escuchamos el evangelio fiel y verdadero, puede que nada se produzca, ya que los oyentes no ponen fe a lo que oyen, sin fe no es posible que el evangelio verdadero y genuino pueda producir algo en el oyente, por muy puro y fidedigno que sea lo predicado, pero el problema es el receptor, que no oye con fe.

Ahora tenemos claro, que para que se manifieste el poder de Dios en nuestras vidas, es necesario que se conjuguen tres elementos, y si alguno de ellos falla; no se pude manifestar el poder de Dios en nuestras vidas, primeramente para darnos vida y vida en abundancia y segundo para edificarnos a la estatura de un varón perfecto, es decir, a la estatura de Cristo Jesús.

Primero: El poder de Dios obrará en nuestras vidas, para todo lo que sea relacionado con nuestra salvación, y no para satisfacer nuestros caprichos en la carne, eso es muy claro. Si algo es necesario para nuestra edificación en El, Dios está dispuesto a obrar con su poder en Cristo.

Segundo: Si el evangelio que estamos escuchando no es el correcto, aunque la gente que nos lo predique lo haga con las mejores de las intenciones, y nosotros pongamos toda la fe en el oír, nada ocurrirá. ¿Por qué? Porque el evangelio está adulterado, eso significa que no es verdad, sino error (aunque nos parezca muy bonito y estemos muy convencidos que es verdadero); y Dios no edifica a partir de error, sino a partir de la verdad, su Hijo.

Hoy debemos hacernos esta pregunta: ¿Será todo lo que he escuchado o entiendo por evangelio lo que realmente Dios quiere que sepa, o hay impurezas que no me dejan avanzar? Es importante tener una mente abierta en este tema, ya que si el evangelio que estas escuchando no está manifestando frutos en tu vida (o la abundancia de frutos que esperas), el problema puede ser que el evangelio que escuchas no es el correcto; y es por ello, que auque pongas toda tu atención y fe en el, no habrá frutos de Dios en tu vida (o la abundancia esperada). Hoy veo muchos creyentes patinando en palabras de hombres y doctrinas humanas que no los dejan avanzar, doctrinas que pueden sonar muy espirituales y hermosas, pero que que impiden que se manifieste el poder de Dios para salvación completa de hombre.

Tercero: Así como si un incrédulo cree al evangelio, será salvo; así el creyente cuando camina día a día escuchando y creyendo el evangelio tendrá edificación de Dios en su vida. De la misma manera si el incrédulo no cree el evangelio, aunque el evangelio sea perfectamente el correcto, no habrá salvación para aquel hombre; de la misma manera si el creyente no pone fe al evangelio día a día, no habrá edificación por el poder de Dios en su vida; a pesar de que lo que se le predique, sea muy correcto y carente de errores. ¿Lo ves?

Por eso Pablo nos enseño que el evangelio que el predicaba, era poder de Dios para salvación de toda aquel que cree; y es por ello, que no se avergonzaba; más bien es una gran satisfacción poder ser portadores de la buenas nuevas de Dios para salvación de todos los hombres. Amen.

Ahora te pregunto ¿estas preparado para que Dios obre con poder en tu vida?; ¿lo quieres?, ¿lo anhelas?, ¿lo necesitas?

Primero su propósito es llevarte a la estatura de su Hijo. ¿Lo crees?
Segundo: ¿Estas preparado para abrir tu mente y corazón a la verdad genuina? ¿O hay ciertas doctrinas que por años has atesorado como verdad de Dios, y de ellas no has sacado mucho fruto, y que más bien acomodan a tu carne?
Tercero: ¿Estas dispuesto a confiar y creer, a quien te llamó a pesar de no ver con los ojos?

Hermanos debemos orar, para que nos sea dada palabra fiel y verdadera, y que pongamos oídos a ellas. Una vez que recibas la palabra y la creas, veras el poder de Dios obrando en tu vida, y junto conmigo darás testimonio que esto es muy real, incluso más real de lo que se ve con nuestro propios ojos. Testificaremos del poder de Dios obrando en nuestras vidas. Pero si no te despojas de lo viejo, no hay lugar para lo nuevo. Amen.

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