domingo, 4 de mayo de 2008

Edificación y herencia

Muchos hombres en la historia que han alcanzado notoriedad, gloria, honra y riquezas; han querido y buscado perpetuar más allá de la muerte su “éxito que han logrado en este mundo”. Existe el caso de millonarios que en nuestros tiempos se congelan con la esperanza en que la ciencia en el futuro los pueda revivir, o también vemos el caso lejano de los faraones en Egipto, que construyeron monumentales pirámides como sepulcros inexpugnables donde guardar sus tesoros preciados, siervos y sus cuerpos momificados para la otra vida. En cierta medida, todos los hombres que han alcanzado fama y riquezas en este mundo, han buscado de una u otra forma la manera de perpetuar (o por lo menos alargar) su éxito temporal por la eternidad.

Pero para el hombre natural, es decir, el hombre en la carne, hay una sentencia divina que dice:

Porque:
Toda carne es como hierba,
Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre.
Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.
(1Pe 1:24-25)

Todo hombre nace, crece y muere; y la flor de su vida, es decir, su periodo de gloria y fama caerá inevitablemente. Eso es la historia del hombre natural; todos los hombres nacidos de la carne tienen el mismo ciclo que cumplir sin excepción en toda carne. Por más que el hombre busque medios humanos en alcanzar la gloria eterna, no lo logrará por sus medios; ya que hay un principio divino que lo impide para toda carne.

Lo mismo ocurre con las riquezas que podamos alcanzar en esta tierra, nada hemos traído y sin duda nada nos llevaremos:

Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. (1Ti 6:6-7)

Ciertamente la gloria de todo hombre cae; ¿y que hay de sus riquezas?, es muy similar, la sentencia divina dice: “nada podremos sacar”; no podemos ni mantener eternamente la vida, no podemos ni mantener eternamente la gloria, ni podemos llevarnos las riquezas; son las sentencias a toda carne para este mundo material y temporal.

El hombre en la carne quisiera tener vida eterna, gloria eterna y riquezas eternas; eso es lo máximo que un hombre puede soñar en la tierra; vida, gloria y riquezas eternas… es un sueño que parece imposible de alcanzar…

Bueno precisamente, es eso lo que motiva este mensaje; sabemos que Jesús nos vino a dar vida, y vida en abundancia; y todo aquel que en él cree ha pasado de muerte a vida. Es nacido del Espíritu y es un nuevo ser engendrado de voluntad del Padre (no de voluntad de carne); las cosas carnales ya no cuentan…

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. (1Jn 5:13 )

Yo creo que hasta este punto, todos estamos relativamente claros e informados del evangelio. Tenemos vida eterna si creemos en el nombre del Hijo de Dios…

¿Pero sabias que esto es sólo el comienzo?
Es algo tremendo lo que nuestro Padre y Salvador nos han dado por su gracia y amor; es algo que nunca podríamos por nuestros medios haber logrado y nunca podríamos lograr pagar; pero hermanos la gloria sea a nuestro Señor Jesús de Nazaret que su infinita gracia no sólo quedó allí (que de hecho ya era mucho más de lo que podríamos haber imaginado); sino que nos tiene una puerta abierta a los cielos hoy día hermanos, para que tomemos de las inescrutables riquezas de su gracia.

Bueno teniendo claro que esto es el fundamento, que es Cristo mismo; nos ha sido dada esta promesa y en base a ella tenemos un Camino por delante donde Dios quiere darnos no sólo vida eterna, sino también gloria eterna junto a él y además, riquezas eternas junto a todos los santos.

Fíjense que esto esta relacionado con dos verbos muy importantes de distinguir:

El primer verbo, es el verbo SER. Es prioritario primero SER (implica estar vivo obviamente), y está relacionado con todo lo que el hombre sueña con alcanzar a ser y puede lograr alcanzar en desarrollo y perfección.
El segundo verbo es el verbo TENER. Esto representa las riquezas, poder, gloria y honra; y las cosas externas que podemos alcanzar.

Si tenemos vida; en esos dos verbos podemos resumir todo lo que el hombre desea alcanzar. Ser mejores y Tener más. Obviamente, debemos tener claros que es en el amor y comunión con Dios; ya que muchos que han perseguido la gloria personal y las riquezas personales; han caído en lo más oscuro de los abismos (recordar a Judas el Iscariote que vendió a Jesús por 30 monedas de plata y así hay muchos ejemplos en las Escrituras y hoy en la humanidad).

También veremos, que es justamente eso lo que Dios nos quiere dar junto a su Hijo (SER y TENER con Cristo por la eternidad); nos quiere llevar a la perfección y nos quiere hacer sus herederos. Son palabras, a lo mejor muchas veces escuchadas; pero muy poco entendidas y esperadas…

Entendemos hasta aquí, que el hombre natural está condenado (el hombre hijo de Adán carnal, es decir, en lo puramente humano), ya que tiene sus días contados, y nada de lo que alcance será eterno y nada se puede llevar de esta tierra.

¿Y cómo es la verdadera historia y posibilidad para un hijo de Dios?

Rompamos los mitos:

PRIMERO: DIOS NOS QUIERE A SU ALTURA DE PERFECCION
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. (Mat 5:48)
Aquí nos damos cuenta que Jesús nos enseña que Dios nos quiere perfectos y no a medias….

Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros, (Gal 4:19)
Pablo lo declara explícitamente, el trabajaba y sufre hasta que Cristo sea formado en sus hermanos; Cristo es la estatura máxima de la creación, está hoy sentado a la diestra de Dios (imagínate, si puedes esa altura).

…hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; (Efe 4:13)
Nuevamente lo vemos, hasta que lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento de Cristo; a un varón perfecto a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Plenitud de Cristo, es algo tan grande que ni siquiera lo podemos imaginar; ojala nuestro Padre nos de entendimiento de estas cosas, que te aseguro que si lo vemos no pararíamos de correr tras él.

Hasta aquí espero que estemos claros que Dios y Jesús nos quieren a su altura, por su gracia y misericordia; no por nuestros méritos personales; sino por su inmenso amor. Dios no quiere hijos que no representen su gloria y perfección; claro que los medios son su gracia, por medio de la fe. Acá en la tierra, es que tenemos que avanzar para cumplir este llamado en Cristo; por eso se hace imprescindible su gracia, su poder y en nosotros el desechar lo que no sirve y sólo agrega peso en la carrera.

SEGUNDO: DIOS NOS QUIERE HACER PARTICIPES DE SUS RIQUEZAS ETERNAS, NOS QUIERE DAR HERENCIA ETERNA JUNTO A SU HIJO.

Acá rompemos el segundo paradigma, el hombre en la carne no puede llevar nada de esta tierra; ¿será así con los hijos de Dios?
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (Mat 6:19-21)
Claramente la voluntad de nuestro Señor es que nos hagamos tesoros en los cielos; es decir, primero vemos que es posible hacerlos (si así no lo fuera Jesús nunca lo habría dicho); y segundo es la voluntad de nuestro Señor que así sea; que hagamos tesoros en el cielo, antes que en la tierra. Y por último, es hoy en este planeta que tenemos este llamado, y no después.

Ahora, es muy claro que este tesoro no es alcanzable por los medios de la carne; sino por el poder de Dios en nosotros; sino recuerda lo del joven rico, que sustentado en su esfuerzo personal se tuvo que retirar derrotado; ya que falló en el primer paso, que es reconocer en Cristo a Dios encarnado. Y como dijo Jesús para el hombre es IMPOSIBLE, pero para DIOS todo es posible; pero nuestra confianza debe ser en El y no en las riquezas ¿cómo lo alcanzamos? Por la fe, nuevamente.

Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. (Mar 10:21-27)

Hasta aquí tenemos claro que el hombre natural o carnal no puede alcanzar la vida eterna, no puede tener gloria eterna y nada de este mundo se puede llevar… ¡está condenado!…

Y también hasta aquí entendemos, que un hijo de Dios tiene vida eterna en Cristo, esta llamado a la santidad y perfección eterna, y está invitado a acumular tesoros en el cielo.
¡Tenemos las puertas del cielo abiertas!

¿NO ES UNA GRAN NOTICIA?
SI LO ES, ESO SE LLAMA EVANGELIO.
¡BUENAS NOTICIAS PARA LA HUMANIDAD!

Bueno precisamente para eso Dios establece hombres que lo sirven, y ayudan a todo hombre a alcanzar estas preciosas cosas y promesas; esos hombres son los ministros de Dios, es decir, siervos de Dios; y los principales de ellos son los apóstoles. También existen, los maestros, pastores, evangelistas y profetas; cuyo trabajo es precisamente construir o edificar la iglesia; es decir, nosotros los hijos de Dios y hermanos de Jesús. Es su trabajo presentar a todo hombre perfecto ante Dios y por eso se esfuerzan día y noche con la gracia de Cristo.

Veamos lo que dice el apóstol Pablo al respecto…
…a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí. (Col 1:27-29)

El propósito de los ministros (siervos) de Dios, es precisamente por amor a Dios y los hermanos; construir (edificar) el templo de Dios, que somos todos nosotros su iglesia. Es lograr que los hermanos alcancen la madurez espiritual, la estatura a la cual fueron llamados en Cristo. Los ministros de Dios no son una dinastía especial a la cual se debe servir (si lo haces por amor está muy bien); sino que son hermanos que han recibido el ministerio del Señor Jesús, y ante él deben dar cuentas de su administración; ellos mismos están para servir por amor; y nosotros a los verdaderos ministros del Señor debemos escuchar y obedecer, con la gracia de Dios. Eso no significa, sometimiento humano, sino mutuo sometimiento entre todos los hermanos en Cristo. Que es la forma en que funciona el cuerpo de Cristo. Los verdaderos pastores, como dice la escritura, están dispuestos a dar sus vidas por las ovejas, los asalariados huyen ante el peligro. Por eso Pablo trabajaba y luchaba según la potencia de Cristo en él, la cual actuaba poderosamente en él. Es Cristo en esos hombres los que nos apacientan, y no como muchos lobos vestidos de ovejas, que nos quieren hacer sus rebaños por ganancia deshonesta y gloria personal, adulterando el evangelio que no creen ni entienden.
Bueno estas cosas debemos pedirlas a Dios para nuestra edificación, que forme entre nosotros hombres según su corazón, instrumentos útiles en su preciosa obra. Amen.

Antes de seguir, el titulo del mensaje dice “Edificación y herencia”; es precisamente de esa forma como resumí lo que viene por delante de la salvación y recibir a Cristo; es que seamos en forma individual y colectiva edificados a la estatura de Cristo y que podamos recibir riquezas eternas junto con todos los santos; de eso se trata lo que nos queda por delante en la carrera; se trata de edificación y herencia; es decir, es llegar a SER y TENER eternamente según la voluntad de Dios y su amor. Ya que sin amor, no alcanzaríamos NADA y no llegaríamos a ser NADA. Esto se alcanza acá, en esta vida; no esperes cosechar algo si no has plantado nada; y según sean tus siembras será tu cosecha. NO esperes y dejes para más adelante las oportunidades que Dios te da HOY, no deseches ni desprecies este tremendo llamado; ya que como tú sabes Dios no se agrada de ello; sino que se agrada que le creamos y le demos gracias por tanto que nos ha dado en su Hijo; y con humildad pidamos que todas estas cosas las podamos entender como debemos hacerlo, por su gracia y revelación.

Mira, si leemos juntos esta sección de Hechos de los Apóstoles (cuando se formó la iglesia en Jerusalén), notaremos ciertos detalles importantes que nos pueden mostrar un poco más de este llamado en Cristo y de la forma de alcanzarlo, veámoslo juntos:



Hechos 6:1-8
(1) En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.

Primero nota que lo que crecía es el número de los discípulos, es precisamente esto la voluntad de nuestro Padre y Señor, "haced discípulos"; pero un discípulo empieza pequeñito y debe tener un desarrollo durante esta carrera, hasta un final establecido por Dios.

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mat 28:19-20)

Un discípulo es un aprendiz que debe ser enseñado por un maestro, hasta llagar a una estatura deseada final (estatura de un varón perfecto, la estatura de Cristo). Un discípulo no se hace sólo a sí mismo; sino que el Maestro (Cristo) es quien nos enseña todas las cosas por medio de su Santo Espíritu; y por los vasos que él prepara para ello. Un discípulo no es trabajo de unos pocos días, sino de años con su Maestro y las 24 horas del día; en eso estamos hoy; siendo preparados y enseñados por nuestro Maestro; ahora esto es en libertad; cada uno valorará este llamado en forma personal y rendirá su vida a ello o no. Los que no lo hagan ¿Con que quedarán al final del tiempo?

El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro. (Luc 6:40)
Es eso lo que necesitamos, ser perfeccionados…


(2) Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.

Mira la importancia de la palabra de Dios, que no debe ser postergada. Los doce apóstoles ya lo tenían muy claro y esa era su principal actividad, en medio de los discípulos, predicar la palabra de Dios. Muchos creen que la palabra de Dios es para los de fuera de la iglesia; lo es pero en su primer llamado al arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Luego todo lo grueso de ella, es para los discípulos, es decir, a la iglesia (los que creen y siguen a Jesús); el anuncio del evangelio del Reino de Dios. Hoy mucho esfuerzo se hace en lo primero, y prácticamente se desconoce lo segundo; y sin lo segundo no hay edificación ni herencia (se trunca el SER y el TENER eternos juntos con Cristo). Por favor velo, en lo que Pablo exhorta a los ancianos de la iglesia, antes de su partida a Jerusalén, Pablo encomienda a los hermanos a Dios y a la palabra de su gracia; y les exhorta que velen…

Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. (Hechos 20:31-32)

Mira como Pablo durante tres años de noche y de día no ha cesado de amonestar a los hermanos, no ha cesado de predicar y enseñar el evangelio; incluso con lágrimas, es decir, con amor sincero. Pero Pablo una vez que se retira por voluntad de Dios, tiene muy claro; que para que los hermanos puedan seguir al final de la carrera, es decir, puedan llegar a la meta de lo prometido y llamado; los encomienda a dos cosas 1º DIOS. 2º Palabra de su gracia. Primero Dios, ya que sin él no hay nada, es IMPOSIBLE. Segundo a su palabra, es decir la palabra de Dios; y específicamente, la palabra de su gracia, es decir, de lo que Dios puede hacer en nosotros y darnos por su gracia, por medio de la fe en Cristo. Hermanos, no hay forma de alcanzar las promesas, no hay forma de ser edificados y de heredar de Dios, sin el medio de su PALABRA (si Dios así lo permite). ¿Ves la importancia de la Palabra de Dios en nuestras vidas y como a través de ella, Dios nos edifica y nos da herencia eterna? Recuerda muy claro primero DIOS, segundo la palabra de su gracia; el lógos de su gracia; es decir, la gracia de Cristo en nosotros. La palabra entendida y revelada en nuestras almas, que es una palabra que empieza como una verdad lógica y racional; y luego toma el carácter de espíritu y vida en nosotros.

Debemos pedir al Padre por medio de su amado Hijo que nos de su Palabra, y que no haya sequía en nuestros corazones, sino que corran ríos de agua viva, como debe ser por medio de la fe. Amen.


(3) Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.

Nota que dentro de la iglesia, todos los trabajos de servicio deben ser realizados por hombres con buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y sabiduría; son tres requisitos imprescindibles para poder servir dentro de la voluntad de Dios. El buen testimonio se alcanza por la vida de Cristo madurando en nosotros. Ser llenos del Espíritu Santo, se alcanza con oración y fe. Y la sabiduría se alcanza, una vez que se desecha la sabiduría carnal y humana, para aprender de él todas las cosas nuevas. Estos tres requisitos se logran por medio de su gracia en nosotros.


(4)Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.

Ahora, queda muy clara la función y servicio de los apóstoles (y de todo siervo competente de Dios); la oración y el ministerio (servicio) de la palabra. Pueden haber hecho muchas otras cosas, pero lo primero es la oración y la palabra. ¿Porque? Pues sin ello no hay edificación, no hay crecimiento, se estanca la fe y no se produce nada en el universo espiritual del Reino de Dios. Sin oración y sin Palabra, sólo quedamos al nivel de una religión más del mundo. Nota también que para no descuidar este servicio, ellos debieron postergar o delegar otras actividades, que por cierto pueden ser muy importantes y licitas de llevarse acabo. Pero hay un orden de prioridades, primero la oración (recuerda 1º Dios), y segundo, el servicio de la Palabra de Dios (sea para hacer discípulos como para hacer crecer los discípulos).


(5) Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía;

Fíjate las dos características de Esteban; lleno de fe y del Espíritu Santo. NO se puede ser lleno del Espíritu Santo sin ser lleno antes de fe; recuerda que por medio de la fe, recibimos el Espíritu Santo; es por medio de la fe que movemos el mundo espiritual, y por consecuencia el mundo material.

Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Mat 17:20

Si se puede ser lleno de fe y del Espíritu Santo; también se puede ser escaso en fe y del Espíritu Santo...piénsalo. Llenemos nuestras vasijas de aceite, seamos llenos del Espíritu Santo.


(6) a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.

Fíjate que esta actividad tan simple de servir las mesas, era hecha por personas consagradas...
Este mismo Felipe, después de varios años llegó a ser evangelista; incluso sus hijas profetizaban; mira como hay un desarrollo en los hermanos si se mantienen en el Camino, incluso en sus familias se producen hermosos frutos y servicios... Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. (Hechos 21:8-9)

(7)Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe

"Y crecía la palabra del Señor", ¿cómo? ¿Puede crecer la palabra de Dios?; efectivamente crecía la palabra del Señor; es decir, no fue una decisión en la carne de los apóstoles en encargar a otros hermanos en las cosas prácticas; para que ellos pudieran ministrar a la iglesia en la palabra a tiempo completo. Por lo tanto, crecía la palabra del Señor y el número de los discípulos se multiplicaba, incluso los sacerdotes que muchas veces despreciamos, se iban incorporando... Se estableció el orden correcto en la voluntad de Dios, y el resultado fue "crecía la palabra del Señor", eso es lo que hoy necesitamos hermanos; que crezca la palabra de Dios entre nosotros, que tiene poder para edificarnos y darnos herencia con todos los santos; si Dios así lo permite…Si hay algo que hoy nos estorba en recibir la palabra de Dios, ¿Qué debemos hacer? Obviamente, ella debe ser nuestra principal prioridad, ya que tiene el poder de EDIFICARNOS y darnos HERENCIA (SER y TENER eternamente junto a Cristo). Danos Padre nuestro pan de cada día, y no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios…Debemos desear, como dice Pedro, la leche espiritual no adulterada; y no sólo leche sino el alimento sólido, que para cada edad de crecimiento necesitamos; para poder crecer en El, y heredar con todos los santos, todas las cosas. A ti único y sabio Dios, y a tu Hijo Jesucristo nuestro Señor y Salvador, sea la gloria, el poder, la honra, la alabanza, la potencia, la sabiduría, la inteligencia, antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos de los siglos. Amen.


(8) Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.

Fíjate, que no es necesario ser apóstol, para ser llenos de gracia y de poder...

¿De que se trata esto de edificación y herencia?
Mira la verdad del tema se puede explicar en forma sencilla de la siguiente manera:

En el mundo natural, los hombres nacen, crecen y pueden acumular riquezas en la tierra, se desarrollan en sus capacidades humanas, pero al final de sus días; no se pueden llevar nada de lo que acá acumularon o la gloria que lograron no los seguirá. Los hombres llegan en forma horizontal a esta tierra como bebés y se van en forma horizontal dentro de un cajón la mayoría de los casos (según las costumbres particulares de cada cultura).

En el mundo Espiritual del Reino de Dios; las cosas no son así; en este Reino los hombres primero nacen en lo natural; y son llamados hoy a nacer de nuevo en el mundo Espiritual; cuando nacen de nuevo del Espíritu Santo; se abren dos posibilidades u oportunidades para estos nuevos hombres; posibilidades que no tienen los hombres naturales, mientras no nazcan de nuevo de la voluntad de Dios, es decir, se arrepientan y crean en Jesús.

La primera oportunidad es ser edificados en lo personal y colectivo, con edificación eterna a la estatura del Hijo de Dios; es decir, Dios quiere desarrollarnos como personas según su buena voluntad a la estatura de un varón perfecto, es decir, Cristo. Para ello es necesario desechar lo antiguo (cruz), para que Dios pueda edificarnos (construirnos) con materiales que son eternos, es decir, no perderemos nunca en la eternidad lo que Dios nos edifique acá en esta vida (recuerden que la iglesia somos nosotros, y el propósito de Dios es edificar su iglesia). Esta edificación comienza sobre el fundamento que es Cristo mismo, ya que lo que viene encima es algo tremendamente grande como para que haya otro fundamento que lo pueda resistir (los constructores e ingenieros entenderán). No hay ningún fundamento tan sólido como Cristo, como para sostener lo que Dios edifica en nosotros; en semejanza a su Hijo, y por su gracia.

La segunda oportunidad es que Dios nos quiere hacer sus herederos, es decir, ya no corre sobre nosotros eso de que nada nos llevamos de esta tierra (por eso Jesús nos enseño a acumular tesoros en los cielos). Dios nos quiere hacer sus herederos, y quiere que heredemos todas las cosas; pero para ello debe prepararnos, antes de dejar en nosotros tan grande y majestuosa herencia (imagínense ser heredero de Dios, si es que lo pueden imaginar…). No podremos heredar, si no alcanzamos la estatura mínima de poder ser hallados fieles y dignos (por su gracia y misericordia) de la herencia; ya que Dios no hace acepción de personas.

En el Reino de Dios, los dos axiomas del mundo natural que ya no son válidos; ya que en el mundo natural se pierde todo lo que uno llegó a ser en la carne después de la muerte; y además, nuestra muerte nos separan para siempre de nuestras riquezas en la tierra. En el Reino de Dios, no es así; sino que nos da la posibilidad de ser edificados para la eternidad y gloria eterna junto a su Hijo Jesús; y nos hace herederos de toda la creación por siempre.
Por eso evangelio significa buena nueva, es decir, buena noticia para toda la humanidad… Los faraones quisieron saber esta noticia y murieron y no lo supieron, los reyes quisieron saber esta noticia y murieron y no lo supieron, todos los hombres quisieran oír esta noticia y cuando la oyen muchos no creen; pero otros la reciben con gran gozo y alegría…

Mira no me puedo imaginar una noticia mejor para la humanidad, si trato de imaginar algo mejor no lo puedo lograr…Sólo nos queda agradecer, alabar a nuestro Dios y Salvador; y obedecer con reverencia a su Majestad de las alturas…y pedir que nos abunde en sus Palabras de gracia. Amen.


¿Y cual es el medio que Dios utiliza para edificarnos y darnos herencia?

Ustedes ya lo saben; por medio de su palabra de su gracia, si Dios así lo permite.

Un abrazo a todos; y sólo me queda en mi interior la carga de hacer una oración juntos, a nuestro Padre en el nombre de su Hijo, nuestro Salvador y Señor; para que nos de de su Palabra que la necesitamos día a día, ya que sin ella no conseguimos añadir ni un solo codo a nuestra estatura espiritual, ni obtendremos un centavo de herencia en los cielos; y también pedir, por hombres que sean instrumentos de Dios entre nosotros que sean un medio de verdadera ministración en la verdad por amor, para la edificación de su iglesia. Amen.


Un abrazo a todos,

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